Un ataque armado perpetrado por un grupo no identificado la noche del viernes en la aldea de Solhan, en Burkina Faso, causó la muerte a alrededor de un centenar de civiles, según fuentes militares, ante lo que el Gobierno ha decretado este sábado un duelo de 72 horas.

Según el informe policial provisional de un destacamento de la comuna de Sebba, fronteriza con Níger, en el ataque también quemaron viviendas y el mercado de Solhan, y el número de víctimas mortales podría aumentar en las próximas horas.

Burkina Faso sufre ataques yihadistas desde abril de 2015. La región más afectada por la inseguridad es la del Sahel, situada en el norte y que comparte frontera con Mali y Níger, aunque la inseguridad se ha ido expandiendo a provincias limítrofes, y desde el verano de 2018 afecta también al este del país.

Como consecuencia de la violencia, Burkina Faso sufre la crisis de desplazados que más rápidamente crece en el mundo, con más de un millón de personas fuera de sus hogares; es decir, más de uno de cada 20 habitantes.

Disparando desde motocicletas

Mientras tanto, en el noroeste de Nigeria, al menos 88 personas murieron en un ataque armado en el área de de Wasagu/Danko, en el estado de Kebbi, según han confirmado este sábado fuentes policiales.

«Hasta ahora hemos recuperado 88 cadáveres de personas asesinadas el pasado jueves, 3 de junio, durante un ataque contra ocho comunidades», ha informado el portavoz de la Policía estatal de Kebbi, Nafiu Abubakar.

Las aldeas atacadas son Kimpi, Koro, Dimi, Gaya, Rafin-Gora, Goya, Zulu e Iguenge.

Mukthar Umoru, un residente de Goya que presenció el ataque, relató a Efe cómo los bandidos irrumpieron en motocicletas alrededor de las 17.00 horas del jueves y comenzaron a disparar.

Los ataques de bandidos y el conflicto abierto entre pastores y agricultores se ha incrementado recientemente en el noreste del país, mientras que el noreste continúa asediado por los ataques yihadistas de grupos como Boko Haram.