La selección de la República Democrática del Congo disputó ayer las semifinales de la Copa de África ante Costa de Marfil. Aunque el resultado no fuese favorable para los congoleños, ya que perdieron por 1-0 frente a los marfileños gracias al gol de Sebastian Haller, no quisieron olvidarse de lo que está sufriendo su país realizando una condena al conflicto armado que está viviendo el país, un conflicto que se ha ido intensificando desde hace tres años.
Los futbolistas congoleños saltaron al césped y, en cuanto comenzó a sonar el himno del país, se taparon la boca con la mano derecha y se apuntaron con los dedos índice y corazón a la sien (figurando una pistola), en señal de protesta por la situación de violencia que están viviendo en la actualidad. Por otro lado, el director técnico francés Sébastien Desabre también quiso unirse al gesto de los congoleños.
🐆 C’est l’image de cette CAN, les Léopards disent STOP À LA GUERRE À L’EST 🇨🇩 ❌#CAN2023 #CIVRDC #FREECONGO pic.twitter.com/JnavtI2CDb
— LEOPARDSFOOT (@leopardsfoot) February 7, 2024
El gesto que realizaron se viralizó en las redes sociales gracias a una campaña de asociaciones y ciudadanos congoleños que exigen el fin del enfrentamiento con el siguiente hashtag: #CaDoitCesser (Eso debe parar, en francés). Además, los Leopardos, tal y como se le llama a la selección de la República Democrática del Congo, disputaron el encuentro con un brazalete negro en el brazo derecho, en señal de luto y respeto a las personas fallecidas en el conflicto.
No todo se ha quedado dentro del terreno de juego, sino que el capitán de la selección, Chancel Mbemba, quiso alzar la voz el pasado lunes: «Mis pensamientos están con todas las víctimas de las atrocidades de Goma y sus familias. Rezo de todo corazón para que mi país vuelva a encontrar la paz», insistió.
Nigeria y Costa de Marfil se enfrentan en la final
En lo que respecta a lo meramente futbolístico, Costa de Marfil derrotó por la mínima a la RD Congo con un gol de Sebastian Haller. La selección anfitriona hizo valer la condición de local y también la vitola de favorito ante un adversario que buscaba su primera final en este evento como la República Democrática del Congo.
Sin embargo, el camino hasta esta final no ha sido nada sencillo: el primer entrenador fue destituido, pasó a la siguiente fase como uno de los mejores terceros de grupo y eliminó a Malí, en cuarto de final, con un gol en el último suspiro de la prórroga.
Para el cuadro marfileño, la final del domingo será la quinta que juegue. Ganó dos, en 1992 y 2015, y en otras tantas fue subcampeón (2006 y 2012). En esta ocasión se enfrentará a una Nigeria que aspira a su cuarto título. Necesito de la tanda de penaltis para derrotar a Sudáfrica. Nigeria marcó cuatro de los cinco que lanzó y Sudáfrica falló dos. El cuadro nigeriano cumplió con su condición de favorito y selló su pase a la final.