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Netanyahu se ve obligado a dar explicaciones por «incitar a la violencia» a sus seguidores

Benjamin Netanyahu, acusado de intimidar a quienes apoyan la formación de un gobierno de coalición en Israel que podría expulsarle del poder, ha negado este domingo cualquier «incitación a la violencia» en un contexto de tenso clima político que preocupa incluso a los servicios de información.

Naftali Bennett ha realizado una declaración este domingo en la sala de prensa de la Kneset, el Parlamento israelí. (Menahem KAHANA | AFP)

Nadav Argaman, el jefe del Shin Bet (el servicio de inteligencia interno israelí) salió de su reserva habitual la noche del sábado para advertir contra «un aumento de los discursos que incitan a la violencia, especialmente en las redes sociales».

Dirigiéndose a los responsables de todos los partidos políticos, les exhortó a «instar claramente a poner fin a estos discursos», que pueden ser «entendidos por ciertas personas o ciertos grupos como una licencia para cometer actos violentos» que podrían llegar a provocar «heridas mortales».

Este domingo, parte de la prensa israelí ha percibido este comentario como una advertencia destinada al primer ministro saliente, Benjamin Netanyahu, que está presionando a ciertos diputados para que abandonen su apoyo al proyecto de gobierno de coalición impulsado por Yair Lapid.

Por su parte, el comité de asuntos de seguridad del Parlamento (Kneset) ha anunciado que se reunirá urgentemente el lunes, a las 9:00 horas (8:00 horas en Euskal Herria), «a la vista de la inusual advertencia emitida por el jefe del Shin Bet», así como en la perspectiva de una «marcha de banderas» que está «prevista para el jueves en Jerusalén Este a petición de figuras de la extrema derecha israelí».

«Un gobierno de izquierda peligroso»

«Hay una línea muy frágil entre la crítica política y la incitación a la violencia (...) y no se puede decir que cuando la crítica viene de la derecha es incitación a la violencia y cuando viene de la izquierda es un uso  justificado de la libertad de expresión». Así se ha defendido hoy Netanyahu en una intervención ante los dirigentes de su partido, el Likud.

«Condeno toda incitación a la violencia», ha añadido, calificando de «ilegítimos» tales llamamientos.

Netanyahu ha querido jugar el papel de víctima al señalar que existe una campaña «aún más seria» dirigida contra él y sus familiares, y calificar de «gobierno de izquierda peligroso» a la heterogénea coalición formada por Lapid con dos partidos de izquierda, dos de centro y tres de derecha (incluida Yamina, derecha nacionalista radical), así como con la formación árabe islamista Raam.

En los últimos días, los apoyos al todavía primer ministro han organizado concentraciones ante los domicilios de varios miembros del partido Yamina, dirigido por Naftali Bennett, quien debería ponerse al frente del gobierno en una primera etapa según el acuerdo de reparto del poder firmado con Lapid.

La votación clave podría tener lugar el miércoles

El voto de confianza del Parlamento, última etapa para formalizar el que sería el primer gobierno sin Netanyahu desde hace 12 años, podría llevarse a cabo este miércoles, 9 de junio, o el lunes siguente, 14 de junio.

En una intervención televisada este domingo, Bennettt ha emplazado a Netanyahu a «cesar» la campaña «violenta» contra los electos de derecha de la nueva coalición. «Por una parte, hay críticas legítimas; por otro, una actitud inquietante», ha puntualizado.

Además, ha pedido al presidente del Parlamento que este lunes anuncie que la votación de confianza para el nuevo gobierno se realizará el miércoles.

«Sabemos que Netanyahu está presionando para retrasar esta votación con el fin de intentar encontrar desertores, pero usted debe actuar por el bien del Estado de Israel, no por el de Netanyahu», ha manifestado Bennett.