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Netanyahu elimina su gabinete de guerra sin cambios para los palestinos

Benjamin Netanyahu hizo oficial la disolución del gabinete de guerra para evitar dar más poder a los ministros más ultras tras la salida de Benny Gantz. La medida es otra consecuencia de la agitación de un Estado en crisis, pero no supone cambios en el infierno al que somete a los palestinos.

Manifestación contra el Gobierno de Netanyahu, ayer en Jerusalén. (Menahem KAHANA | AFP)

El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, hizo oficial lo que de facto ya había anunciado tras la salida del opositor Benny Gantz del Gobierno de emergencia, la disolución del gabinete de guerra creado el 11 de octubre para tomar las decisiones sobre la operación militar en la Franja de Gaza.

El exgeneral Benny Gantz, líder de Unidad Nacional –principal rival de Netanyahu si se celebraran las elecciones que reclama la oposición– y su socio Gadi Eisenkot abandonaron el gabinete por la falta de un plan para Gaza más allá de la actual campaña de destrucción. Sus plazas las reclamaban los socios de la más extrema derecha israelí, el ministro de Seguridad Nacional, Itamar Ben Gvir, y el titular de Finanzas, Bezalel Smotrich.

Pero Netanyahu ha optado por disolver el gabinete para evitar darles aún más poder.

Estos ministros representan las posiciones más extremas dentro de la política cada vez más derechista de Israel; apoyan volver a ocupar Gaza con colonias; la expulsión de los palestinos, que maquillan como «migración voluntaria», y la guerra abierta en Líbano.

Presionaron para lanzar el asalto a Rafah y amenazan reiteradamente con dimitir cada vez que se habla de un posible acuerdo de tregua.

Netanyahu ha evitado aumentar su influencia, pero tampoco quiere prescindir de ellos. Cuentan con 14 escaños en el Parlamento y su retirada conduciría al colapso del Ejecutivo de coalición y al fin del mandato de Netanyahu.

Ahora, las decisiones sensibles sobre la guerra se tomarán en un foro de consulta más reducido en el que participan el ministro de Defensa, Yoav Gallant; el de Asuntos Estratégicos, Ron Dermer; el jefe del Consejo de Seguridad Nacional, Tzachi Hanegbi, y el líder ultraortodoxo del partido Shas, Arieh Deri.

El gabinete de guerra estaba destinado a tomar decisiones rápidas, que luego serían enviadas para su aprobación al Gobierno en general, pero en muchas ocasiones se convirtió en foro de disputas partidistas.

El opositor Yair Lapid aseguró que las reuniones se habían convertido en «un escenario vergonzoso para ajustar cuentas, peleas y discusiones que no conducen a ninguna parte». La disolución formal del gabinete de guerra no supone una gran diferencia para la continuidad de las operaciones en Gaza y para el infierno al que Israel somete a los palestinos, pero es otra consecuencia de la crisis del Estado israelí paralela a su brutalidad en Gaza y Cisjordania.

Semana de protestas

Como la son también las manifestaciones en contra del Ejecutivo de Netanyahu y para exigir elecciones anticipadas, que ayer bloquearon varias autopistas en la segunda jornada de protestas que durarán una semana y que pretenden movilizar a un millón de personas. Una manifestación multitudinaria reunió a 100.000 personas, según los convocantes, en los alrededores del Parlamento israelí.

A las protestas que se suceden hace meses se han sumado las familias de los prisioneros israelíes en Gaza, que piden un acuerdo de alto el fuego que permita liberar a los 116 que siguen en el enclave palestino, y que reprochan a Netanyahu que considere este objetivo como secundario.

Niños palestinos esperan el reparto de comida en una escuela de la Unrwa en Yabalia. (Omar AL-QATAA/AFP)

 

También las discrepancias entre Netanyahu y su Ejército sobre las «pausas tácticas» en Gaza revelan la crisis israelí, pero, como en el caso del gabinete de guerra, no suponen ningún cambio para los palestinos. «Realmente nada ha cambiado», señaló ayer el jefe de la Unwra, Philippe Lazzarini, pese a que el Ejército dijo que observaría pausas diarias a lo largo de un corredor para permitir la entrada de ayuda. Netanyahu contradijo rápidamente los planes militares y los calificó de «inaceptables».

Israel llevó a cabo ataques en el norte de la Franja, en ciudad de Gaza y Bureij, en una jornada con una decena de muertos más. Entre ellos, el periodista Mahmoud Qassem, elevando a 151 el número de trabajadores de medios a los que ha matado en ocho meses.

Durante la noche tropas israelíes también bombardearon el barrio de Tal al-Sultan, en el oeste de Rafah  zonas del este y el sur de la ciudad, donde el Ejército aseguró que estaba enfrascado en «combates cuerpo a cuerpo» con combatientes palestinos. Las fuerzas israelíes continuaron demoliendo sistemáticamente viviendas cerca del corredor de Filadelfia, junto a la frontera egipcia. «Estas zonas están completamente arrasadas, sin restos de edificios residenciales ni terrenos agrícolas», informó Al-Jazeera. En Rafah solo quedan 65.000 gazatíes refugiados, según la Unrwa, donde hace seis semanas había más de 1,4 millones de personas, la mayoría desplazados ya antes  de otros puntos de la Franja.

 



EEUU trata de evitar un frente mayor en Líbano



El enviado especial de Estados Unidos, Amos Hochstein, discutió con el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, el repunte de las tensiones en la frontera con Líbano, escenario desde hace más de ocho meses de enfrentamientos entre el Ejército israelí y el partido-milicia chií Hizbulah. La escalada está aumentando el riesgo de que este verano estalle una guerra abierta en medio de nuevas amenazas por parte de las autoridades israelíes. En el encuentro estuvieron presentes el ministro de Asuntos Estratégicos, Ron Dermer; el secretario de la oficina para temas militares, Rohman Goffman; y la «número dos» de la Embajada estadounidense en Israel, Stephanie Hallett. Hochstein también se reunió con el presidente israelí, Isaac Herzog, y con los opositores Yair Lapid y Benny Gantz.

La visita llega apenas unos días después de que el ministro de Defensa de Israel, Yoav Gallant, descartara que el país se sume a una iniciativa francesa para crear un grupo junto a EEUU para intentar rebajar la escalada. Hochstein seguirá sus contactos hoy en Beirut.

El parlamentario de Hizbulah Hassan Fadlallah afirmó que el cometido de EEUU debe ser «detener la guerra en Gaza, porque la decisión está en sus manos si es seria». «En lugar de transmitir mensajes intimidantes, debe informar a Netanyahu de una decisión real de detener el genocidio contra el pueblo palestino. Entonces, el resto de los frentes se detendrán, incluido el de Líbano», subrayó.