En mi entorno he tenido y tengo muchos ejemplos de lucha por la justicia. Pero desde hace casi nueve años, dos personas se han convertido en mis referentes. Fina y Manu. Los aitas de Iñigo Cabacas. Tras nueve años de travesía por el desierto, desde que el 5 de abril de 2012 matasen a su hijo. No han cejado en el empeño de buscar y hacer justicia. Por encima de todas las trabas que han puesto. Primero fue el intento de ensuciar el nombre de vuestro hijo, mezclarlo con la kale borroka (esos mismos que luego achacan a otros de politizarlo todo). Políticos que hacen llegar por medio de terceros con una anotación en un papel, sus condolencias y disculpas por la muerte de Iñigo. Incapaces de mirar a los ojos a Fina y Manu, ahora estarán mucho más avergonzados, ¿o no?

Luego vino una nula investigación por parte de los cuerpos policiales y que así ha quedado patente en las sentencias, pero que nada hacen por remediarlo.

Incluso vieron cómo uno de los acusados, el Ugarteko arremetió contra periodistas del periódico GARA, medio que hizo público los audios que dejaban patente quien dio la orden de: «entren con todo». Quien pedía un dineral como indemnización por haber «manchado» su nombre. También se dio el caso que hasta su abogada, Jone Goirizelaia pasó por el banquillo de los acusados, mucho antes que los acusados por matar a Iñigo. Diferentes sindicatos de la Ertzaintza saliendo al paso, tratando de quitar hierro al asunto y justificando lo injustificable. ¡Cuánto dolor por el camino!

Tras casi nueve años de desierto, no os dais por vencidos y seguís en el camino hacia la justicia, esta vez acudís a Europa para buscar la justicia que tanto Euskadi como España os niegan. Fina y Manu, desde aquí quiero deciros que no estáis solos. Somos muchos los que os apoyamos y seguimos el mismo camino. Queremos justicia para Iñigo y sobre todo, queremos que por medio de esa justicia se eviten nuevos casos. Que nadie más tenga que pasar por vuestro dolor. Que nadie más tenga que morir por una mala práctica policial. Matar a Iñigo está saliendo muy barato y muchos nos negamos a que esto sea así.

Daros las gracias porque os habéis convertido en referentes de lucha para muchas personas. Sois ejemplo a seguir. Espero que esto que escribo, aunque no os consuele, os sirva como un vaso de agua en esta travesía en el desierto. Vosotros sin duda sois nuestro oasis. No estáis solos. Un fuerte abrazo y mucho ánimo.

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