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Bilbo

Familiares, amigos y ciudadanos anónimos dan su último adiós a Mariví Bilbao

Allegados, amigos y ciudadanos anónimos han querido rendir un homenaje a la actriz bilbaina Mariví Bilbao, acercándose a la capilla ardiente instalada en Bilbo, en la que esta tarde se ha celebrado un acto de despedida.

Mariví Bilbao, en 2002. (Luis JAUREGIALTZO/ARGAZKI PRESS)
Mariví Bilbao, en 2002. (Luis JAUREGIALTZO/ARGAZKI PRESS)

Los restos mortales de la actriz han sido trasladados a un tanatorio bilbaino, donde, a través de una televisión, se han podido ver imágenes de Mariví Bilbao, que ha recibido varias coronas.

Elvira Urquijo, hija de la actriz, ha agradecido el apoyo recibido desde todos los ámbitos, incluidas las redes sociales y ha afirmado que está siendo «impresionante».

La hija de la actriz ha asegurado que su madre se sentiría «orgullosa» y ha afirmado que su muerte no es una «despedida, sino un hasta luego».

Al tanatorio, que esta tarde ha acogido un acto de despedida, se han acercado, entre otros, la consejera de Cultura de Lakua, Cristina Uriarte, o el exalcalde de Bilbo, José María Gorordo. 

María Victoria Bilbao-Goyoaga Álvarez, más conocida por el nombre artístico de Mariví Bilbao, falleció ayer, por causas naturales, a la edad de 83 años, en su ciudad natal, Bilbo, acompañada por su familia.

Actriz, retirada de la actuación desde hace un año, desarrolló la mayoría de su carrera en el teatro y el cine a pesar de lo cual fueron sus papeles televisivos en «Aquí no hay quien viva» (2003-2006) y «La que se avecina» (2007-2012) quienes le otorgaron el reconocimiento del gran público.

Compañeros de profesión, políticos y ciudadanos de a pie expresaron ayer su tristeza por el fallecimiento de la actriz a través de medios de comunicación y redes sociales.

Conocida su muerte, compañeros de profesión y cargos públicos mostraron sus condolencias. Destacamos, como muestra, el mensaje que la popular Maribel Salas dejó en Facebook: «Gracias Marivi por tantos buenos momentos. Empecé en esta profesión compartiendo escenario contigo y aprendí tanto a tu lado... Siempre tenías anécdotas y consejos, porque, como tu decías: ‘Tengo percebes en... las cejas de hacer teatro’. Sobre todo nos enseñaste que la vida sin sentido del humor no es lo mismo».