El Estado se blinda con recogidas de firmas
Ya estamos en precampaña electoral. Todos los partidos han preparado sus candidaturas e incluso hemos asistido a las primeras comparecencias preparadas para pedir el voto sin expresarlo directamente.
Ha comenzado la carrera electoral, que es cualquier cosa menos deportiva o una competición con igualdad de oportunidades.
Algunas candidaturas han tenido que trabajar duro para reunir las firmas necesarias para poder presentarse a las elecciones, para poder comenzar la carrera.
Es el caso de la candidatura navarra unitaria por el cambio para el Senado, Aldaketa. Su constitución como agrupación de electores ha obligado a sus promotores a reunir las firmas del 1% del censo, más de 5.000 en apenas una semana. El trabajo a contrarreloj dio sus frutos y finalmente fueron más de 8.300 las firmas recogidas en cinco días y que se presentaron ante la Junta Electoral. De este modo, la ciudadanía podrá votar a favor de que las fuerzas que han impulsado el cambio político en Nafarroa tengan representación en el Senado.
Otras candidaturas, en cambio, no han podido superar este «trámite». Es el caso de Euskal Komunistak-PCPE, que en el caso de Nafarroa necesitaba las firmas del 0,1% del censo, unas 500. No ha sido posible. De este modo, se ha vetado a una candidatura que apuesta claramente por la salida del euro, la Unión Europea y la OTAN. Es un mensaje que ya no podrá tener su espacio en los medios de comunicación públicos. Ya no tendrán que molestarse en llamarles estalinistas o trasnochados. Con las firmas ha bastado.