¿Qué opinan Alonso y Maroto sobre Garoña?
Tras la desaparición de Unidad Alavesa, hace ya diez años, el PP tomó la bandera del provincianismo para recolectar votos en Araba. La formación unionista presenta a Bizkaia como una amenaza para el herrialde, como un vecino molesto que recibe más dinero y aporta menos. Hace poco, Javier Maroto dio una rueda de prensa para decir que el PNV ha retirado 126 millones de Araba para «entregárselos» al Gobierno de Rementeria. No pierden ni un minuto en presentarse como adalides del territorio siempre y cuando no tengan que vérselas con el Ejecutivo español, en el que participa otro exalcalde de Gasteiz, Alfonso Alonso.
La posible reapertura de la central nuclear de Garoña es el mejor ejemplo de esta actitud. Durante los últimos meses se han sucedido los rumores e incluso se ha advertido de la construcción de un almacén temporal de residuos radiactivos en el Valle de Tobalina, a pocos kilómetros de Gaubea. Y la semana pasada el CSN dio el visto bueno a la incorporación de mejoras técnicas como paso previo a la prolongación de la vida útil de la central hasta el año 2031, tal como desea y defiende el Gabinete de Rajoy. El PNV ya ha anunciado que «activará todos los mecanismos» para impedir la reapertura, y EH Bildu ha reclamado en repetidas ocasiones el cierre definitivo de la central. Una petición a la que se han sumado PSE, Irabazi y Podemos. Todos salvo el PP alavés que, o bien carece de influencia en Génova o comparte la reapertura de la planta de «las mil y una grietas» de una central que supone una amenaza para la población alavesa.