Nerea GOTI
Kargua
IKUSMIRA

Que no se olviden los sueños

Ahora que “Ametsen Liburua” pone al alcance de nuestras manos cientos de sueños de libertad, he recordado el sueño contado en alto por alguien a quien siendo muy joven el sueño de libertad le llevó a un frente de guerra. «No sabíamos nada de política, pero sabíamos que debíamos ir», contaba de aquellos días, pero nada de los sueños que debieron poblar sus noches y días de fuego cruzado, bajo bombardeos, después como prisionero y, como colofón, durante el silencio y humillación impuestos durante décadas de dictadura, en las que sus sueños fueron una de las pocas cosas que no pudieron robarle.

Al que sí llegó a poner palabras fue al sueño del día en que «todos vuelvan a casa». Fue un sueño tan real que había dispuesto no perderse el momento: «yo les espero en la carretera», contaba, y, como las fuerzas flaqueaban, había previsto, incluso, acompañarse de asiento porque aquella llegada requeriría seguramente de una larga espera.

Tan real era el sueño que incluía una advertencia: «ese día en el periódico vais a tener mucho trabajo». Era solo un sueño, uno de miles, que a diferencia de otros no se ha apagado en la medida que sigue en el recuerdo de alguien.

Y pensando en los sueños, aparece la imagen de un niño de grandes ojos que mira a la cámara mientras camina junto a una gran masa de personas de paso cansado, rodeada de una esfera fría, húmeda. ¿Con qué soñarán ellos y ellas? ¿Se lo habrá preguntado alguien? Haríamos bien en reunir también sus sueños, aunque ese día en los periódicos haya mucho trabajo.