Imanol Carrillo
Periodista
IKUSMIRA

Oasa Transformadores, carácter generacional

Más de 60 años de historia acumula Oasa Transformadores XXI del barrio donostiarra de Rekalde, donde varias generaciones de familias se han dejado la piel a lo largo de estas seis décadas por lo que consideraban una parte de ellas. Hoy se encuentra en concurso de acreedores, sus instalaciones están abandonadas y parte de la plantilla acumula una deuda salarial de hasta seis mensualidades.

Hasta aquí, porque los 42 trabajadores han decidido movilizarse ante la idea de llevarse la producción a Extremadura. Afirman que la empresa «es viable», por lo que lucharán por sus puestos, por sus derechos y por el esfuerzo de generaciones anteriores.

La última protesta ha sido una marcha desde la planta hasta la sede de Adegi. Allí tuve la oportunidad de hablar con varios de los trabajadores. «Gracias al trabajo de mi padre en Oasa, donde trabajó más de 30 años, pude estudiar una carrera y me da mucha rabia que ahora, debido a una muy mala gestión, esto se vaya al garete. Lo han dejado morir», explicaba una trabajadora con casi veinte años de experiencia en la fábrica.

Sin embargo, también vislumbré un atisbo de esperanza en sus ojos, porque, como me dijo otro operario, «quieras o no, siempre luchas más por una empresa como esta», tan familiar y tan implicada.

De momento, todos los concejales del Ayuntamiento de Donostia, a excepción de los del PP –que no les han respondido–, se han comprometido en aprobar una declaración para que el Consistorio se persone en el concurso de acreedores y así poder mantener el carácter generacional de Oasa.