Gipuzkoa opta por Podemos, frena a PNV y da el segundo toque a EH Bildu
Pocas veces se produce una irrupción tan inesperada y poderosa como la de Podemos en Gipuzkoa: cuando todos los focos estaban sobre la pugna PNV-EH Bildu, el nuevo partido rompió registros con casi 100.000 votos y victorias en Donostia, Eibar, Irun, Lasarte...
Podemos ha revolucionado el mapa político guipuzcoano, hasta ahora monopolizado por una enconada pugna entre PNV y EH Bildu. La discusión de la «hegemonía» la ha resuelto esta vez el electorado con grandes trasvases de voto, sobre todo desde los abertzales de izquierdas, al nuevo partido. Los resultados de Podemos resultan espectaculares: pasa de los 43.126 votos en mayo a 97.859, más del doble; gana en Gipuzkoa y Donostia, algo que nadie previó; y lo hace también en feudos tradicionales tanto del PSE (Eibar, Irun, Lasarte-Oria) como de la izquierda abertzale (Arrasate).
La lista iba liderada por una candidata de 26 años y desconocida en la arena política, Nagua Alba. Y Podemos tiene una implantación muy escasa en Gipuzkoa. Pero se ha alimentado de la fuerte tracción estatal del partido tras una campaña que ha pasado casi desapercibida en Gipuzkoa, sin pulso propio. En la charla de Juan Carlos Monedero hace un año en Anoeta o el mitin de esta campaña en el Kursaal con Iñigo Errejón ya se había notado el tirón popular, pero nadie preveía ni de lejos que superara a PNV y EH Bildu.
PNV y EH Bildu, dos batacazos
Todos pierden peso con la irrupción de Podemos. Algo menos el PSE, que ha conseguido salvar el escaño de Odón Elorza sumando más de 51.000 votos. Eso supone una pérdida de en torno al 15% respecto a mayo y refleja así cierta resistencia del viejo partido ante el huracán morado.
Indirectamente, ello confirma que Podemos se ha alimentado del otro vaso comunicante posible: EH Bildu. Lo peor para esta coalición es que el de ayer supone el segundo traspié consecutivo, tras verse superada en mayo por el PNV y perder mucho poder institucional en Gipuzkoa. Estos comicios servían para medir su reubicación en la oposición e intentar mantener o incluso reducir la distancia con los jelkides, pero entre medio ha llegado la ola de Podemos y ha barrido el herrialde, sacudiéndole con especial vigor. De los 130.055 apoyos de Amaiur en 2011 se cayó a 103.140 en las forales de mayo, y ahora se ha bajado hasta los 80.880. Con ello, se queda lejos del segundo escaño, de modo que Rafa Larreina no se sentará en Madrid junto a Marian Beitialarrangoitia.
Similar es el golpe que se ha pegado el PNV en estos siete meses. En este caso, el desplome se lee mejor en porcentaje: del 32% al 23%. Se confirma con ello que la lista de Markel Olano recibió mucho voto prestado para descabalgar a Bildu, que ahora ha vuelto a sus caladeros naturales o no se ha activado. El resultado se puede entender aún como más preocupante que el de EH Bildu si se tiene en cuenta que no parece muy creíble que votantes de PNV se hayan pasado directamente a Podemos.
EH Bildu estuvo a punto de retener un acta de senador para Urko Aiartza, pero la perdió ante Podemos por 200 votos finales. A la coalición se le votó más al Senado que al Congreso. Destacó además que más de un 10% de quienes han votado a Podemos en el Congreso no lo ha hecho en la otra cámara, quizás porque en realidad a quien apoyaban era a Pablo Iglesias. Ello dio el triunfo aquí al PNV.
El PP, como ya se venía anunciando, se queda sin diputado, quién sabe si definitivamente. Borja Sémper no ha llegado siquiera al 9%, aunque siempre podrá decir que algunas encuestas preveían todavía una desaparición aún más cruda. Ciudadanos tampoco despunta, lo que significa que la derecha españolista apenas seduce al 12% del electorado guipuzcoano.