El amianto mata, el drama continúa
L es veo sosteniendo una pancarta: «el amianto mata». Son de la Asociación de Víctimas del Amianto de Euskadi (Asviamie). Aguantan contra viento y marea. Sufren, han sufrido y lo que les queda por sufrir, pero están ahí poniendo en jaque la perversa ocultación que se produce en torno al drama humano que está causando el amianto por todo el mundo, porque los empresarios, por un lado, y la Administración pública, por otro, no pusieron ni obligaron a poner los medios adecuados de prevención y ahora miran a otro lado.
Este domingo se ha producido el sexto fallecido por el mineral cancerígeno en 2016, un año antes se cerró con 22 que se conozca: «mata en silencio». Desde 2008, Asviamie contabiliza unos 172 fallecidos por haber inhalado fibras de amianto en su trabajo y, junto a los que contabiliza la Agencia Internacional del Cáncer (IARC) por muertes por mesoteliomas (un tipo de cáncer fulminante) son 533 fallecidos desde 1993. Son la punta del iceberg, porque hay que sumar otros por asbestosis y otras patologías.
El paso del tiempo está suponiendo abrir nuevas tumbas y generar mayor sufrimiento, mientras aumenta el silencio cómplice de quienes permitieron hacer negocio con ese «mineral asesino» a costa de la salud y la vida de muchos trabajadores y sus familias. Desde hace un mes los neumólogos han anunciado un protocolo de actuación entre quienes se encuentran en los registros oficiales. Conocen y saben que no están todos y saben de protocolos existentes que se incumplen. ¡Que no se laven las manos!