Arnaitz GORRITI
REMO | Liga San Miguel

Urdaibai se exhibe en casa para dejar la Liga casi sentenciada

Pese a remar por la peor calle, la «Bou Bizkaia» se dio un homenaje frente a una Hondarribia que peleó pero que se vio inferior.

«¡Menuda exhibición!», exclamaba el patrón de Urdaibai, Gorka Aranberri, después de que sus muchachos redondearan una regata para enmarcar, después de remar en unas condiciones muy difíciles como las que presentaba ayer Bermeo y por la calle uno, la peor, según los propios interesados. A falta, pues, de que Portugalete dicte sentencia este mediodía, la «Bou Bizkaia» tiene la Liga San Miguel en su mano, ya que le basta incluso acabar tercero en caso de que venza Hondarribia.

Aunque sin la violencia que la mostrada en el play off de ascenso, el campo de regateo de Bermeo, especialmente la zona de mar abierto, puso muchas dificultades a los participantes. Quien más quien menos, todos debieron sufrir de lo lindo, y nadie se hubiera extrañado en caso de que Urdaibai hubiese acusado el remar por la calle uno, en especial en los largos de vuelta. Sin ir más lejos, Astillero remó por esa misma calle y no pudo evitar ser último, con un tiempo sensiblemente peor que el marcado por Ondarroa y Ares, y muy lejos del séptimo ayer, un Cabo da Cruz que perdía su pelea ante Tirán.

Urdaibai, en cambio, aguantó el primer largo y remontó después. Y eso que en la primera ciaboga los locales iban quintos, por detrás de Hondarribia, San Juan, Orio y Kaiku. A partir de ese momento, la «Bou Bizkaia» se fue creciendo, hasta el punto que al final de la regata hasta la tripulación de la «Ama Guadalupekoa» aplaudía su triunfo. Los «txos» remaron largo, sin prisas, y con un convencimiento cada vez mayor, apoyados en la experiencia de buena parte de sus remeros, al tiempo que Gorka Aranberri «bailaba» sobre la trainera en busca del mejor aprovechamiento del oleaje.

Mucho nivel

Fue una regata espectacular, sobre todo para los espectadores, porque, pese a las diferencias, los botes de la tanda de honor –e incluso Orio, que ganó su tanda con autoridad– dieron un clínic de remada en mala mar.

A partir de la tercera ciaboga, Aranberri veía que la «Bou Bizkaia» tenía renta suficiente como para buscar resguardo en mejores calles y llegar a la meta con la Liga San Miguel en el bolsillo salvo hecatombe, y el aplauso unánime de paisanos, compañeros de equipo y adversarios por su victoria.