El Estado Islámico (ISIS) tomó ayer el control de una planta eléctrica en la ciudad de Deir Ezzoor, donde desde el sábado lleva a cabo una ofensiva contra posiciones del Ejército sirio. Los yihadistas se hicieron con el dominio de la estación de electricidad, situada al oeste del aeropuerto militar, después de que un atacante suicida llevara a cabo un atentado con un coche bomba.

Entretanto, los combates continuaban en los barrios de Trabajadores y Al-Rusafa, y en el eje que constituye el cementerio de Deir Ezzoor y las viviendas universitarias. Desde el inicio de la ofensiva, el ISIS ha logrado dividir en dos las zonas en poder de las autoridades y rodear el aeropuerto militar.

«Los civiles están aterrorizados. Temen que el ISIS, que acusa a los habitantes de ser ‘matones del régimen’, entre en la ciudad», señalaba Abu Nour, cuya casa se encuentra a un kilómetro de la primeras línea yihadista. Además, la situación humanitaria no cesa de empeorar y amenaza con provocar una hambruna entre la población asediada.

Por otra parte, las fuerzas militares de Rusia y Turquía llevaron a cabo ayer su primera operación conjunta en Siria, en concreto contra objetivos ubicados cerca de la localidad de Al-Bab, controlada por el ISIS, en la provincia de Alepo.

Días después de que Moscú y Ankara anunciasen la coordinación de sus operaciones para evitar incidentes, las autoridades de Rusia confirmaron nueve bombardeos por parte de su Fuerza Aérea y otros ocho atribuidos a Turquía. El Gobierno ruso mantuvo los ataques aéreos en la zona de la ciudad histórica de Palmira, tomada por el Estado Islámico.