Estaba escuchando la radio, hablaban del acoso entre adolescentes, del ciberacoso. En ese contexto, mencionaban situaciones de (in)comunicación contemporáneas surgidas en el ámbito familiar. Uno de los casos expuestos era el de familias con hijos e hijas adolescentes-jóvenes con los que se comunicaban por WhatsApp aun estando compartiendo el mismo espacio físico. ¿Es la evolución de los modos de tratarnos? Mi mente voló hacia aquellos maravillosos y turbulentos años en los que yo también fui adolescente-joven junto a mis cómplices de aquella época. Más de una película se generó en mi cabeza, instantes nocturnos, días de aventuras. Ahora, probablemente, idealice aquellos momentos que dan para muchas historias, historias que a veces veo registradas en algunas películas que bucean en el universo adolescente contemporáneo. Entre lo enigmático y lo poético los recuerdos “de juventud” parecen quedar lejos y, como si quisieran inmortalizarlos, muchos cineastas los han registrado de modos distintos. Es el caso del cineasta Michael Marczak (“Fuck for Forest”), que consigue retratar en su película de no-ficción “All these sleepless nights” a parte de una generación de jóvenes cosmopolitas de Varsovia. En su retrato (re)vivimos los estímulos que esta nueva generación recibe, sus actitudes, relaciones, su energía y su deambular por esa etapa de la vida tan crucial que no solo es vivida mediante “ciberexperiencias”.