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CRÍTICA «Wonder Woman»

Superhero Movie Wars: Una nueva (y femenina) esperanza


Después de los desastres de “Batman Vs Superman” y“Suicide Squad”, el DC Extended Universe se vio obligado a afrontar de una vez por todas la crisis de identidad en la que llevaba sumido desde hará un lustro. Lo hizo (lo hace, dígase ya) con “Wonder Woman”, blockbuster modélico en todos los sentidos, cuyo éxito se fundamenta en dos pilares.

Primero, parece que los peces gordos de la Warner Bros (major detrás de todas estas superhero movies) han entendido que tenían que abandonar el tono excesivamente oscuro de sus últimas producciones. Esto implica renunciar a parte de su propia identidad, sí, pero a cambio de apostar por un modelo de contrastadísima fiabilidad. En este sentido, no es casual que “Wonder Woman” recuerde tanto a las mejores ofertas de la Marvel: hay tantas similitudes con el primer “Capitán América”, que no habría que descartar el guiño reverencial hacia el “enemigo”. Así, nos reencontramos por fin, con aquel tan añorado equilibrio entre espectáculo y entretenimiento. Aunque estén muy lejos de la comedia, las aventuras de esta amazona en la I Guerra Mundial son pura diversión.

Segundo, y más importante aún: las mujeres delante y detrás de las cámaras. Ahora se puede decir bien alto que la elección de Patty Jenkins como directora no era postureo para surfear la ola de feminismo renovado de Hollywood, sino que esta respondía a la mejor opción de cara a explotar las virtudes del film. Casi todas ellas convergen en la deslumbrante presencia de Gal Gadot. La relación que esta actriz mantiene con la cámara va constantemente de la admiración al puro amor, y es así en parte porque quien está mirándola es también una mujer. Wonder Woman impone su presencia en las trincheras del cine de acción, y lo hace renunciando a la condición de objeto, abrazando así su naturaleza (súper-)humana. El logro feminista como conquista total.