Aitor AGIRREZABAL
IRUÑEA

Juantxo Skalari, en medio de una road movie hacia los orígenes de su música

«Memorias de kalle y tren» narra la deconstrucción musical de Juantxo Skalari, icono ska de la vieja Iruñea, a través de un viaje que comenzó en 2012 en busca de la pureza musical. Un amigo, la máquina anti-capital (su guitarra) y un mapa con enlaces imposible de trenes europeos dan pie a una road movie literaria que se apoya en el flashback para contarnos quién es el que fuera voz de Skalariak lejos de los escenarios. 25 años de carrera y mucho que contar.

Inspirado por el músico Woodie Guthrie y su “Rumbo a la gloria”, Juantxo Skalari emprendió en 2012 el Rude Rock Train, un viaje de tres semanas en tren a través de Europa. Junto a él, su amigo Jaume Blanc, “El Toubab”, una guitarra bautizada como La máquina anti-capital, y unos bolsillos vacíos. «Es un viaje desde la música ska hacia la pureza musical». Si el recorrido habitual de cualquier músico pasa por empezar en pequeños locales y llegar a grandes escenarios, el iruindarra quiso recorrer el camino en sentido contrario. «Era un momento en el que necesitaba algo así. No estaba contento con el rumbo que llevaba The Kluba y quise volver a los orígenes de la música».

Para ello, era necesario despojarse de todo lo que le había rodeado hasta la fecha, también los clichés que acompañan al ska, el rock o el punk. Tanto que el viaje debía ser «sin alcohol, sin tabaco, sin drogas... Solo pureza musical y rebeldía». Una deconstrucción del Juantxo Skalari que conoce el gran público en el que no faltan aventuras en las que uno puede verse reflejado y donde destaca la solidaridad personificada en aquellos que acogen a los dos viajeros en ciudades como Hamburgo, Bruselas o Copenaghe.

El espíritu era claro, «do it yourself». Y así lo hicieron, con «acciones», que no conciertos, en los trenes en los que viajaban, en la primera calle que encontraban o en los locales que les abrían las puertas conforme llegaban. «Esa era la esencia, lo indispensable era volver a la pureza de la música». Todo, acompañado de sus letras más conocidas que permiten viajar a infinidad de plazas y locales.

Tras el éxito de aquella incursión en Europa, el músico iruindarra, ya en solitario, decidió ampliar la aventura a Latinoamérica, tocando con una banda distinta en cada país y a la que conocía el día anterior al concierto. Una nueva experiencia para alguien que lleva un cuarto de siglo copando carteles. «No me dedico a hacer libros, me dedico a cantar», explicó al ponerse en contacto con la editorial Txalaparta, con quien publica el trabajo. «Sin embargo, pronto vimos que tenía algo que decir», subraya el editor Jon Jiménez.

Los viajes del skalari iruindarra se complementan con un viaje mental mediante flashback, en el que se narran los inicios musicales del protagonista o el «parón indefinido» de Skalariak. Así, lo que comienza como una road movie pasa a convertirse en una autobiografía del músico navarro, que llega hasta su proyecto actual, Juantxo Skalari & La Rude Band.

Muguruza y un doble cd

El trabajo comienza con un prólogo de Fermin Muguruza que resume el libro como «el diario de un viaje increíble con pasajes que contextualizan la formación de un artista-activista». La obra la completan 50 fotografías y 25 temas o «anti-canciones», en honor a los anti-poemas de Nicanor Parra, recogidos en un doble cd y termina con una declaración de intenciones: «25, non stop».

Así, “Memorias de kalle y tren”, a través de una lectura muy ligera, baja del escenario y aleja de los focos a Juantxo Skalari de una forma íntima, hasta conocer a aquel joven que cantaba con la misma pasión en el graderío sur de El Sadar o en las calles de Iruñea y lo hace ahora en trenes o grandes escenarios.