La ministra española de Sanidad, Carolina Darias, anunció ayer, tras la reunión extraordinaria del Consejo Interterritorial, que la vacunación contra el covid-19 con las dosis de AstraZeneca se retomará el miércoles.

Antes, en los próximos días, la ponencia de expertos en vacunas que asesora al Gobierno español y a la Comisión de Salud Pública se reunirá para examinar la posición del organismo regulador europeo y decidir si no se administra la vacuna a algún colectivo concreto ante la aparición de eventos trombóticos. Con su dictamen, Sanidad y las comunidades autónomas se reunirán el lunes en un nuevo Consejo Interterritorial para dar el visto bueno definitivo.

Darias explicó que también se consultará con sociedades científicas y profesionales sobre qué grupos de población y edad deberían ser los que reinicien la vacunación con estas dosis.

Por su parte, el Ejecutivo francés decidió acelerar los plazos y volverá a aplicar la vacuna de AstraZeneca desde hoy mismo, anunció el primer ministro, Jean Castex, en rueda de prensa.

«Una vacuna segura y eficaz»

La decisión de ambos Gobiernos llegó después de que el Comité para la Evaluación de Riesgos de la Agencia Europea del Medicamento (EMA), concluyera, tras analizar los casos de trombosis ocurridos en personas a las que se había administrado la vacuna, no acarrea mayores riesgos.

«El comité ha llegado a una conclusión científica clara. Esta es una vacuna segura y eficaz. Sus beneficios protegiendo a la gente de la covid-19, que tiene su propio riesgo de muerte y hospitalización, supera los posibles riesgos. El comité también concluyó que la vacuna no está asociada a un aumento del riesgo general de casos de trombosis o coágulos de sangre», declaró la directora de la EMA, Emer Cooke, en una videoconferencia.

Durante la investigación, el Comité de Seguridad detectó «un pequeño número de casos de trastornos de la coagulación raros e inusuales, pero muy serios, lo que dio pie a una revisión más centrada», explicó Cooke, que subrayó que «en base a la evidencia disponible y tras días de evaluación profunda de resultados de laboratorio, informes clínicos y de autopsias y más datos de los ensayos clínicos, no se ha podido descartar de forma definitiva un vínculo entre estos casos y la vacuna».

Por ello, ante esta situación, que requiere una investigación más larga, el Comité recomendó «concienciar sobre estos posibles riesgos incluyéndolos en la información del producto», porque «llamar la atención sobre estos posibles casos raros y proporcionar información a los sanitarios y a las personas vacunadas ayudará a detectar y mitigar los posibles efectos secundarios» no detectados en los ensayos clínicos. De momento, se conocen 25 casos de formas raras de trombosis, 18 de ellos de trombosis cerebral y siete de combinación de dolencias, lo que contrasta con las veinte millones de personas que han recibido la vacuna de AstraZeneca en diferentes países, siete millones de las cuales han sido inoculadas en la Unión Europea.

Por su parte, la presidenta del Comité de Seguridad de la EMA, Sabine Straus, insistió en que, según los análisis realizados, la vacuna no provoca un aumento del riesgo de padecer trombosis tras su inoculación. «Aunque hemos visto la aparición de algunos casos muy raros de trombosis, se han producido muy pocos respecto a los más de 29 millones de personas que se han vacunado», destacó Straus, quien informó de que las mujeres más jóvenes son las que, «al parecer», tienen más riesgo.

Solo 30 de 54 países de África han comenzado la campaña

Dentro de lo tremendamente injusto que está siendo el reparto de las vacunas contra el covid, la iniciativa Covax, impulsada por la Organización Mundial de la Salud para facilitar a los países menos desarrollados el acceso al fármaco, África ha recibido unas 16 millones de dosis, repartidas entre 27 países. De esta forma, más de 25 millones de vacunas han llegado a 38 de los 54 países de ese continente, de los que 30 ya han empezado campañas de vacunación, según informó el organismo sanitario.

Con todo, de momento se han administrado menos de siete millones de dosis en África, una cifra muy baja en comparación con la población del continente, que asciende a unos 1.300 millones de personas.GARA