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BRUSELAS

Aumenta la presión occidental sobre Bielorrusia, excluida del tráfico aéreo

Las aerolíneas europeas evitan ya los cielos de Bielorrusia tras la recomendación de la Unión Europea, que ha vetado los vuelos bielorrusos en sus espacios aéreos. Las críticas de los líderes europeos arreciaron, mientras Rusia pide calma y una investigación objetiva.

La presión internacional sobre Bielorrusia creció ayer con la entrada en vigor de las restricciones contra su espacio aéreo, en represalia por haber forzado el desvío de un avión comercial para detener a un opositor. Con el cielo europeo ya cerrado a los aviones bielorrusos, muchas aerolíneas siguieron la recomendación de la Unión Europea de evitar a Bielorrusia. Estas nuevas medidas se suman a las múltiples sanciones occidentales que ya pesan sobre Minsk y varios de sus líderes.

Air France, Singapore Airlines, Lufthansa o Iberia están evitando los cielos bielorrusos que habitualmente surcan cerca de 2.000 aviones que realizan vuelos comerciales cada semana, según Eurocontrol.

Los líderes europeos continuaron lanzando sus acusaciones. El ministro alemán de Exteriores, Heiko Maas, aseguró que el presidente bielorruso, Alexander Lukashenko, debe «pagar un alto precio» por su «acto infame» y el Gobierno británico se sumó «con efecto inmediato» al veto en su espacio aéreo de aparatos bielorrusos.

El pasado domingo, Minsk forzó a un vuelo Atenas-Vilnius de la compañía Ryanair a aterrizar, pretextando una amenaza de bomba, pero al llegar a Minsk fueron detenidos el opositor Roman Protasevich y su compañera rusa, Sofia Sapega. Minsk defiende que actuó legalmente, que no fue un montaje y que la presencia del opositor, buscado por «terrorismo», fue una coincidencia. El Ministerio bielorruso de Transporte invitó a representantes de organizaciones internacionales de aviación (IATA e ICAO), autoridades estadounidenses y de la UE para investigar.

La televisión bielorrusa emitió el lunes un vídeo del opositor en el que admite haber organizado disturbios en el país y que, según su familia y figuras de la oposición, muestra que ha sido torturado.

Frente al aislamiento desde Occidente, Rusia lamentó el veto aéreo, argumentando que los pasajeros pagarían el precio.

Moscú pidió investigar «objetivamente» lo sucedido y «luego discutirlo, partiendo de datos concretos antes de tomar una decisión rápida y sin ninguna investigación». Además rechazó las «inapropiadas» acusaciones de Londres sobre su supuesta implicación en el incidente.