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AUGE DE LAS INSTALACIONES FOTOVOLTAICAS

Las placas sobre tejados se duplican en Nafarroa en diez meses

Ante la subida de la luz, cada vez hay más consumidores que optan por placas solares. El sector se ve amenazado por la crisis del silicio, que golpeará a las grandes huertas solares.


Esquivar la escalada del precio de la luz puede ser tan sencillo como colocar unas placas solares en el tejado. Hace falta tener dinero disponible o echar cuentas con intereses. El caso es que, en Nafarroa, esta solución se está popularizando mucho. Decir que las placas solares se están instalando más que nunca es casi quedarse corto.

Según Navarra Capital, las instalaciones fotovoltaicas para el autoconsumo se han duplicado en menos de un año. De 661 en diciembre (dos tercios de ellas en viviendas particulares), han pasado a 1.441.

Y las perspectivas sobre el precio de la luz hace que cada vez resulte más atractivo optar por una de estas instalaciones. Ya no parece necesaria una concienciación ecologista, sino que las placas solares han pasado al mainstream. Prueba de ello es la división que acaba de abrir el gigante de mueble a domicilio, Ikea. Desde hace unos meses, la multinacional sueca lo mismo te manda una silla en una caja, que un kit solar para poner en el tejado. Eso sí, no te lo puedes montar tú mismo. Ikea envía sus propios especialistas.

A este auge de las instalaciones fotovoltaicas en domicilios se suma ahora que serán una de las inversiones subvencionadas con los fondos Next Generation, tanto en Nafarroa como en la CAV (a través del Ente Vasco de la Energía, EVE).

El consejero navarro, Mikel Irujo, avanzó el martes que se destinarán 12 millones para instalaciones de autoconsumo, así como exenciones de hasta el 30% en IRPF y sociedades.

No obstante, el autoconsumo como respuesta inmediata a la voracidad por los beneficios de las grandes eléctricas parece demasiado bonito para ser verdad. O, cuanto menos, hay nubes.

El principal escollo que asoma es el embudo en los suministros. El de las placas solares no es un mercado al margen del resto. Y si Volkswagen tiene la campa de Landaben llena de coches a falta de ensamblarles los chips, lo mismo sucede con los fabricantes de placas solares.

“La Vanguardia” publicó un artículo esta semana que apunta que el precio de las placas solares se va a disparar y que esto no se debe a la demanda, que crece a un ritmo acompasado con al aumento de la tarifa, sino a la falta de materiales.

El periódico catalán cita un estudio de Rystad que destaca el precio del polisilicio como el causante de la subida. El polisilicio ha multiplicado por tres su precio por los problemas de abastecimiento a nivel global. Las placas, además, requieren de otras materias primas, como el oro o la plata, que también siguen muy altas. Por no hablar del transporte marítimo desde China de algunos de los elementos, que ha llegado a quintuplicarse casi con respecto a 2019.

Lo más llamativo del análisis de Rystad, sin embargo, es que vaticina que el alza de los precios no va a impactar de lleno sobre una familia que quiera instalar unas placas en el tejado. No, lo que amenaza el aumento del precio –el coste de fabricación de las placas solares se ha incrementado en más de un 40%– es la instalación de grandes parques fotovoltaicos.

Huertas solares

Y es que, tras la derogación del impuesto al Sol en 2018, han proliferado los proyectos de huertas solares sobre grandes superficies de terreno. Se trata de iniciativas especulativas que se sustentan en estudios de viabilidad donde las placas solares cuestan una cantidad determinada. Y, como el precio de fabricación de los equipos (que viene a ser el 25-30% del presupuesto, generalmente) ha subido tanto, estos planes no cuadran.

El de Rystad es un informe global y habría que ver hasta qué punto es aplicable a las compañías que están estudiando llenar navarra de huertas solares. Es decir, cómo afectaría a Solaria, Enerfin, Chilos Solar, Solen Energia, Suno Energía 4, Solar Fotovoltaica Navarra o Buganvilla Solar, por citar solo algunas sociedades que pidieron en 2021 a la Consejería de Medio Ambiente navarra el visto bueno por afectar a cultivos.

La tesis de Rystad es que el aumento de los costes de la fabricación de las placas solares va a ser letal para la mitad (56%) de este tipo de proyectos en el año 2022. O bien se anularán, o bien quedarán relegados.

¿Puede el mercado mandar a pique las grandes huertas solares que destrozan paisajes y cultivos y, a su vez, impulsar el autoconsumo con instalaciones sobre tejados para familias, más respetuosas con el medio ambiente? Puede hacerlo, sí. Es ciego. No se autorregula. Pero todo puede de la noche a la mañana.

Para tratar de poner orden, Pedro Gil, de la Aifoc (Asociación de Instaladores Fotovoltaicos sobre Cubierta), acudió al Parlamento navarro el miércoles a hacer lobbismo en favor de una mejor regulación. Gil habló de la necesidad de replantear el tendido eléctrico, copado hoy por las grandes eléctricas, para dar cabida a una producción descentralizada eliminando trabas para que el pequeño productor vierta a la red y cobre por ello. Gil insistió en que no basta con placas en tejados de vivienda, sino que han de incentivarse instalaciones de mediano tamaño para el autoconsumo de empresas. En muchos casos, estos proyectos están bloqueados por la opacidad de grandes eléctricas sobre la red eléctrica y este es hoy el gran escollo para aprovechar el potencial de estos nuevos pequeños productores para alimentar con sus excedentes de energía verde –y así descarbonizar– no solo sus propias casas, también las de los demás.

Donostia y Bilbo se suman a las movilizaciones mundiales

«Donostia y Bilbo acogieron ayer sendas movilizaciones, a mediodía y a la tarde, con motivo del Día Global de la Justicia Climática. En la capital guipuzcoana, un grupo personas formó un mosaico con paraguas en la playa de La Concha, con el lema «Klima ez da negozioa», para denunciar que la Conferencia de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático COP26 que se celebra en Glasgow «no ofrece soluciones reales a la emergencia climática» que atraviesa el planeta. Los organizadores lamentaron que, a pesar de los acuerdos fijados en las 25 cumbres anteriores sobre el cambio climático, «el neoliberalismo siga destruyendo los soportes de la vida y de la sociedad» y «cada año se sigan batiendo récords en las emisiones de gases de efecto invernadero». En Bilbo se movilizaron bajo el lema «No hay tiempo. Justizia klimatikoa orain» y denunciaron que los dirigentes mundiales han vuelto a reunirse en Glasgow con una «muy escasa» presencia de los países de Sur Global. Ademas, advirtieron de que el cambio climático es ya una realidad.GARA