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COP26

Los países ricos no ceden y retrasan el acuerdo final de la COP26

El retraso del acuerdo final oficial de la Cumbre del Clima de la ONU, que debía presentarse ayer, deja entrever que los principales emisores y los países ricos no están dispuestos a hacer concesiones para frenar el cambio climático. En el segundo borrador propuesto ya ganaron terreno al suavizar las medidas para el fin del carbón.


Como se preveía tras la presentación del segundo borrador del acuerdo final que suavizaba las exigencias a los países para el fin del carbón y que causó discrepancias entre los negociadores, las 197 partes que participan en la XXVI Cumbre del Clima de la ONU que se celebra en Glasgow y debía finalizar ayer no consiguieron acercar posturas para el acuerdo final oficial, por lo que continuarán hoy las discusiones y la presidencia de la COP26 publicará un nuevo borrador, el tercero, a las 09.00 (hora de Euskal Herria).

La COP26, en la que los delegados deben consensuar medidas para limitar este siglo a 1,5 grados el calentamiento del planeta sobre niveles preindustriales, buscaba un acuerdo in extremis y los negociadores esta- ban sujetos a la presión de resolver algunos asuntos como la financiación para los países en desarrollo, los combustibles fósiles o los esfuerzos de los Estados para recortar las emisiones y las reglas de los mercados de carbono y la transparencia de los datos.

Sin embargo, los intereses de cada país son dispares y no consiguieron presentar el documento oficial a la hora límite prevista, las 19.00 (18.00 hora local). Las principales materias que causaron el desacuerdo en el seno de la COP26 fueron el cierre de las plantas de carbón y la eliminación de subvenciones al petróleo y al gas, con Arabia Saudí y Rusia como principales detractores.

También preocupaba cómo garantizar la transparencia de los compromisos. O lo que es lo mismo, cómo se verifica que lo que un país ha prometido se cumple finalmente. Otro duro escollo se encuentra en la frecuencia con que los países deberán presentar nuevos objetivos de reducción de emisiones.

El presidente de la COP26, el exministro británico Alok Sharma, se limitó a reconocer «asuntos pendientes» y aseguró, sin éxito, que intentaría presentar otro documento revisado con la intención de conseguir el visto bueno durante la noche de ayer.

No es la primera vez que los desacuerdos retrasan una COP. La última edición de la cumbre climática –COP25– que Madrid acogió hace dos años ya se prolongó dos días más allá de lo previsto.

«Gran decepción»

El alcance del acuerdo dependía mayormente de las concesiones de los principales emisores y de los países ricos y, según deja entrever el retraso del acuerdo, las partes más poderosas no dieron su brazo a torcer. Parece que los que van ganando en la dialéctica son los que luchan por medidas menos exigentes.

En este sentido, el segundo borrador presentado ayer por la tarde expresaba «una gran decepción» por el hecho de que los países ricos no hayan cumplido el compromiso adquirido en 2009 de aportar para 2020 100.000 millones de dólares (87.000 millones de euros) anuales a los países en vías de desarrollo. La propuesta de acuerdo realizada ayer por la presidencia británica instaba a aumentar esa contribución entre este año y 2025 para ayudar a los países en desarrollo a adaptarse al cambio climático, como se pactó en el Acuerdo de París de 2015.

El primer ministro británico, Boris Johnson, anfitrión de la COP26, manifestó, en este sentido, que el mundo en desarrollo «necesita ver el dinero sobre la mesa» para garantizar el nuevo acuerdo.

El fin del carbón, más lento

El primer borrador de decisión llamaba a los 197 países a acelerar el fin del carbón y de los subsidios para combustibles fósiles, pero una nueva versión del texto suavizó notablemente este discurso, sobre todo en el párrafo referente a los hidrocarburos. El nuevo borrador se limitaba a pedir «acelerar la eliminación del carbón sin sistemas de captura de carbono» y de «los subsidios ineficientes a combustibles fósiles».

La inclusión de una referencia a los combustibles fósiles fue una novedad en un documento de decisión de la ONU de este tipo, pero se esperaba que recibiera un fuerte rechazo por parte de algunos países y es posible que esta referencia ya no sobreviva en el documento del acuerdo definitivo.

En cuanto a la mitigación, el nuevo borrador pedía a los Gobiernos que «revisen y refuercen» para la COP27, en 2022, sus objetivos de reducción de emisiones hasta 2030 e instaba a los que no hayan presentado aún sus estrategias nacionales a hacerlo también en ese plazo, con la meta de alcanzar la neutralidad de carbono en 2050.

De este modo, el borrador exhortaba a los países a que estén alineados al objetivo global de mantener el incremento de temperatura global a 2 grados centígrados y tratar de elevar ese esfuerzo al objetivo de 1,5 grados, algo que el representante de Kenia aseguró que es «un asunto de vida o muerte», mientras que el enviado especial de cambio climático de Estados Unidos, John Kerry, insistió en que no se puede «abandonar el objetivo» de limitar el calentamiento global a 1,5°C y dijo que financiar subsidios a combustibles fósiles es «insano».

Los científicos avisan, asimismo, que para mantener ese reto del 1,5°C es preciso que las emisiones de gases de efecto invernadero se recorten a nivel mundial en un 45% en 2030 y que se alcance la neutralidad climática a mitad de siglo.

Exigen «más ambición»

En este contexto, la plataforma internacional contra el cambio climático CAN pidió ayer «más ambición» en el acuerdo final de la COP26.

Gabriella Bucher, de Oxfam Internacional, instó a los países ricos, responsables en mayor medida del cambio climático, a mejorar su oferta de financiación para ayudar a los pobres a combatirlo y adaptarse.

Tanto ella como Jennifer Morgan, de Greenpeace, pidieron también aprobar por primera vez subsidios en concepto de «daños y pérdidas» para aquellos territorios que ya se ven devastados por catástrofes naturales que han contribuido menos que las grandes economías a provocar la crisis del clima.

Morgan alertó, además, de que hay grupos de presión e intereses que tratan de manipular para facilitar «el lavado de imagen verde», el desarrollo del artículo 6 del Acuerdo de París de 2015, que permite la expansión de un mercado de compensación de carbono, por lo que Gobiernos e incluso empresas contaminantes podrían pagar a otros para que redujeran el equivalente de emisiones.

La directora de Greenpeace lamentó también que la referencia a los hidrocarburos «se ha debilitado de manera crítica».

Mientras se alargaban las negociaciones, en el exterior de las instalaciones que albergan la COP26 en Glasgow, se vivía otro viernes de manifestaciones, con personas procedentes de diversos países reunidas para protestar por lo que calificaban de «endeble respuesta» e «inoperancia» de los líderes mundiales ante la crisis climática.