Iker Mintegi (Altsasu, 2002) cerró el mes de mayo con una victoria en Iturmendi y un buen nivel en Bidasoa y en la última etapa de Nafarroa tras superar un virus que le impidió rendir en los dos finales en alto y con la moral alta antes de afrontar la próxima semana el Giro sub’23.

El altsasuarra empezó en el Burunda «con siete-ocho años y estuve hasta pasar a amateur. Era un crío que empieza a andar en bici porque le gusta, cada año te lo tomas más en serio hasta que llegas a categorías más altas, empiezas a andar adelante, te lo pasas bien y llega el momento de pasar a amateur».

Su trayectoria ha estado marcada por coincidir en Nafarroa con Igor Arrieta: «En cadetes gané dos carreras cada año, el segundo el campeonato de Euskadi, pero en juveniles ninguna. Hemos sido una quinta con bastante nivel. Ha habido muchos corredores buenos y al correr con Igor era más difícil ganar, pero todos queríamos estar con él y nos hacía mejorar el nivel».

Se ha adaptado bien a la categoría sub’23 tras tomarse el ciclismo «al dar el salto con más seriedad. El año pasado empecé a cuidar más la alimentación y los entrenamientos. Al principio me costó por enfermedad, luego pasé el covid en mayo y en verano empecé a encontrarme bien adelante y a ayudar al equipo, dando pasos y aprendiendo».

Trabajó en su debut para sus líderes y este año empieza a ser una de las bazas del equipo con Xabier Berasategi y Enekoitz Azparren: «El año pasado me centré en ayudar al equipo, que teníamos muy buenos líderes y no me cuesta trabajar para los demás. El inicio de este año tenía pensado empezar muy fuerte, pero en Essor tuve una fractura de muñeca y eso me hizo atrasar la forma. Con trabajo he vuelto poco a poco y en mayo he empezado a dar mi nivel».

Así sumó su primer triunfo como sub’23 muy cerca de su casa, en Iturmendi, el que más ha celebrado «porque eran cuatro años que siempre estaba adelante, pero sin ganar. Además hacerlo en amateur es distinto. Cuando hay tanto nivel y estás adelante es más especial al ver que tienes la capacidad de conseguir rematar».

Iker Mintegi recuerda de esa victoria que «venía de hacer Bidasoa y un campeonato de Euskadi con muy buenas piernas. En Iturmendi teníamos un equipo fuerte, nos quedamos cuatro en un grupo reducido. Se fue Zubeldia y pensábamos que iba a llegar al estar Berasategi, Enekoitz y yo frenando al grupo atrás, pero se le hizo largo con el viento. Le pillamos a tres de meta en un repecho y ahí arranqué yo y pude ganar con la ayuda de los compañeros detrás».

Con los mejores en Bidasoa

Además de la victoria tiene mucho valor su actuación en Bidasoa, sobre todo la última etapa, en la que llegó séptimo para acabar 18º en la general: «El primer día pinché y perdí 1:50, en la segunda fui undécimo y en la última en Erlaitz hice toda la subida con los primeros, fui el último en quedarse del grupo, pero ver que están tan cerca y llegar séptimo fue bonito».

La salud le impidió dar su mejor nivel en su debut en Nafarroa la pasada semana: «El segundo día cogí un virus y lo pasé muy mal, vomitando, con mal cuerpo. La tercera etapa estaba mejor, pero pasé mal día y llegué a 20-30 minutos. En la cuarta le di la vuelta al cuerpo e intenté ayudar a Azparren y Berasategi, que estaban adelante en la general. En un momento me dieron libertad para disputar la etapa, pero tuve que esperar para meterlos adelante porque habían dejado a Franco. Al ver que tenían opciones de ganar, estuve a su disposición. No pudimos ganar, pero hicimos buen trabajo todo el equipo».

La buena Vuelta a Nafarroa del Laboral Kutxa ayuda ante el Giro: «Acabar bien y aportar al equipo para intentar lograr la victoria permite acabar con buenas sensaciones. Tenemos un equipo muy fuerte. Todos los días hemos mostrado iniciativa de intentar romper y ganar la carrera, hicimos tercero y cuarto estando en la pelea hasta la última etapa. El año pasado Berasategi vio lo que es el Giro y anduvo bien. Es la carrera más importante a nivel amateur y que el equipo tenga la oportunidad de ir me da ilusión y ganas de ver cual es nuestro nivel».

La mejor preparación para el Giro

La Vuelta a Nafarroa ha sido su prueba más dura como amateur, ideal para preparar el Giro «por el kilometraje, la dureza, por los puertos... En Bidasoa en la segunda etapa era un ritmo llevadero hasta Jaizkibel, pero en Navarra todos los días se ha ido a tope. Los kilometrajes han sido más largos, 560 en cuatro días en los que se ha respirado muy poco. Que si abanico, subida o bajada, siempre a tope».

Añade que «el Giro todos los días es así. La etapa reina tiene 180 con 4.800 metros de desnivel. Navarra es lo más parecido, aunque allí el nivel será distinto y la manera de correr también. La tercera etapa tenemos puertos míticos como Tonale, Aprica, Mortirolo por una vertiente inédita y acabamos en otro. Aquí tenemos carreras duras, pero no subidas de una hora. Nos va a permitir compararnos con los mejores a nivel mundial».

Es un test para él para ver cómo responde en esos puertos: «Nunca los he pasado en carrera, pero creo que me pueden ir bien. Allí veremos qué tal voy. Aquí son puertos de 15-20 minutos, que se suben a tope. Allí son muy largos y duros y habrá que regular muy bien y no pasarse del máximo porque, si no, te pueden caer minutadas».

Este sábado correrá en Beasain y el siguiente empezará el Giro. Después tiene el objetivo de los campeonatos de España antes de descansar. No se marca esta temporada el objetivo del profesionalismo porque «al ser de segundo año no me pongo nervioso. Sí quiero demostrar que valgo los días que se me dé la oportunidad como en Iturmendi o Bidasoa, mostrar mi nivel y que puedo ser ciclista. Y cuando me toque, trabajar. Con trabajo todo llegará».

En 2022 tendrá más oportunidades: «Todo el mundo que entra el primer año trabaja y poco a poco progresa. Este segundo quiero demostrar que valgo y el que viene, si Berasategi y Azparren pasan y tengo la oportunidad, aprovecharlo y pasar. Sería lo ideal, pero voy poco a poco haciendo las cosas bien».