Ane URKIRI ANSOLA
PARÍS
Entrevista
PAU ECHaNIZ PAL
Piragüista

«No quiero quedarme solo con este bronce y volverme atrás»

Pau Echaniz (Donostia, 2001) es el primer vasco que ha conseguido una medalla en París. Se bañó de gloria al conseguir la presea de bronce en el K1 con una bajada casi perfecta en la final, trasladando toda la presión a los rivales, a los once que competían por detrás del donostiarra. Fue un subidón para este palista guipuzcoano al que le motivan las grandes citas.

(Bertrand GUAY | AFP)

«Queda ‘Pauerranger’ para rato», asegura Pau Echaniz, flamante ganador de la medalla de bronce en el piragüismo slalom (K1). El donostiarra continúa la estela de Maialen Chourraut y ya son cuatro Juegos Olímpicos consecutivos que la delegación vasca obtiene una medalla en dicha modalidad. Sin duda, el piragüismo vasco es de medalla.

«Cansado pero bien, contento», amaneció ayer Echaniz, sin haber dormido mucho. Tuvo mucho ajetreo durante la mañana, es lo que tiene ser medallista olímpico. Transmite serenidad y ambición cuando atiende a GARA en la capital francesa, a la vez que una alegría desbordante por la presea de bronce conseguida el jueves, con una salida magnífica, fluyendo en el agua, «jugando», cual «un caballo salvaje». Y es que Echaniz está disfrutando como un niño pequeño con su juguete favorito, está disfrutando de la cita olímpica y también del piragüismo, un deporte que lo ha mamado desde pequeño. Reconoce que tiene recuerdos dentro de una piragua de cuando era un niño.

Hijo de Xabi Echaniz, expiragüista y entrenador, se ha sentido libre a la hora de «experimentar con la piragua, he ido disfrutando por mí mismo», y se ha empapado de gloria en su primera cita olímpica. No quiere que esta medalla sea anecdótica, aspira a más, a estar entre los mejores, a repetir «esta experiencia porque ha sido una auténtica locura».

Medalla de bronce en sus primeros Juegos Olímpicos. ¿Cómo resume todo lo ocurrido?

Fue una locura, fue algo increíble. Me estoy empezando a darme cuenta de lo que he hecho, que es aún más grande, que no sé cuándo se volverá a repetir. Espero que se den más situaciones porque es una auténtica locura.

Tuvo que esperar a otros 11 rivales. ¿Cómo fue esa espera?

Fue dura, fue muy dura porque faltaban once rivales de talla mundial, además en una final olímpica, que iban a salir a darlo todo. Sabía que era buen tiempo pero sabía también que muchos lo podrían hacerlo mejor.

¿Cuando miró la pantalla, vio el tiempo, 88.87 segundos, pensaba que era un registro que podría optar a medalla?

Sí, porque hasta con el toque final, era el mejor tiempo de la semifinal. Sabía que era un buen contendiente a medalla, incluso a oro que se me escapó aparte por el toque por 60 centésimas. Estuve a 60 centésimas del oro y a 40 de la plata, es poquísimo.

Menciona la semifinal, consiguió el pase a la final con el peor tiempo. ¿Con qué sensación terminó esa manga?

La semifinal empecé muy bien, tuve un toque a la mitad del recorrido y fue más luchado, fue más duro porque sabía que tras ese toque tenía que ser más rápido. Pero muchas veces cuando sabes que tienes que ser rápido no vas rápido del todo, se me atragantó un poco ese tramo final. Pero sabía que la final podría hacerla perfectamente y que remando a mi manera lo podría hacer. Sabía que con una salida parecida en la final y mejorando un par de cosas podría luchar por las medallas.

No era una tarea sencilla ser el primero en la línea de salida de la final. ¿Le gusta esa situación o prefiere tener más referencias?

No me gusta mucho ver referencias. Porque mientras miro otras salidas y bajadas, suelo pensar en si podré hacerlo mejor que uno u otro, o te vienen dudas de si la medalla puede ser posible... Salir el primero te ahorra no estar mirando y no estar pendiente de otras cosas, solo tienes que hacer tu bajada, mirar el resultado final y esperar.

Además, le gustan estas situaciones, le motivan estas grandes citas.

La verdad es que he competido desde que era un crío. Para mí es una gozada, para mí la competición es hacer lo que hago siempre en los entrenamientos. Intento salir sin arrepentirme de nada, sin ningún tipo de sentimiento que me pare. Yo salgo a por todas.

Esa bajada tan fluida, tan rápida fue sinónimo también de que está disfrutando.

Sí, es que disfrutar es el objetivo del deporte. Sin el disfrute de lo que es el deporte no tiene sentido, es el objetivo final, compitiendo, entrenando... En los mejores momentos, en los peores, el deporte siempre ha estado muy presente en mi vida y seguirá siendo así.

¿Con qué disfruta exactamente? Con el piragüismo, el deporte de élite, con los campeonatos...

Disfruto con todo, disfruto del más mínimo entrenamiento, en el agua, jugar en el agua, pasármelo bien. Luego a la hora de competir, poder experimentar, imaginar una salida como esta y, sobre todo, poder hacerla... Es algo que te queda ahí. Si lo pasas bien es algo que va a quedar en mi corazón para toda la vida.

Para que tenga esta visión del deporte, su padre, Xabi, habrá tenido algo que ver.

Siempre ha ido de la mano. He sido un chico que he ido por libre, he ido investigando por mí mismo, pasándomelo bien por mí mismo... Sin mi padre no lo hubiera conseguido y tengo mucha suerte por tenerlo a mí lado.

Y toda la familia, en general, ¿no? Ayer [antes de ayer] se vio la alegría que se llevaron, no sé si más que usted pero sí a la par. Tanto entrenadores, compañeros, Maialen Chourraut...

Es una alegría tremenda. Es historia. Maialen nos ha dado muchas alegrías, este año no ha podido ser pero le tomo el relevo y es algo muy bonito. Poder compartirlo con todo el equipo, con Miquel [Travé] que no pudo salir pero estuve muy cerca de él, y es algo muy increíble vivirlo con gente con la que he compartido río toda mi vida.

Está claro que el piragüismo vasco es de medalla. Cuatros Juegos Olímpicos consecutivos ganando preseas en el K1: tres de Chourraut y este último suyo.

Pues sí. Es una buena racha y espero que siga así, porque es una alegría tremenda. A mí me ha dado alegrías muy grandes y estoy seguro que si no fuera yo el que conseguía la medalla, también me daría una alegría muy grande. Espero que el piragüismo guipuzcoano, vasco, siga con medallas y que siga haciendo disfrutar a todos.

23 años, su primera medalla en sus primeros Juegos. ¿A qué aspira Pau ahora?

Sigo haciendo lo mío, sigo remando a mi manera. Seguir compitiendo, aspirar a estar con los mejores y sacar estas medallas más seguido. No quiero quedarme solo con este bronce y volverme atrás, sino seguir al frente y seguir haciendo lo mío, seguir haciendo mangas buenas y seguir ganando medallas.

¿A quién va dedicada esta medalla de bronce?

A mí mismo, a toda la familia, a todos los amigos que han estado conmigo todo este tiempo, que me han ayudado a conseguir esto, sin ellos seguro que no lo habría conseguido. Gente que me ha ayudado: fisios, nutricionistas, gente del club [Atlético San Sebastián], los que están en el gimnasio y me acompañan en mis entrenamientos... Toda la gente que está a mi alrededor que me impulsa y que gracias a ellos he conseguido esta medalla.