Raimundo FITERO
DE REOJO

Percepciones alteradas

A veces no importa nada debido a las circunstancias intangibles que corroen a cualquier individuo en edad de discernir entre decenas de bolas de helado. Estamos en una de esas semanas de transición, donde casi todo es provisional menos las guerras que están en marcha y ocupan parte de los noticiarios. Cada día me parece más extravagante la propaganda de las partes en el enfrentamiento entre Ucrania y Rusia. Las incursiones militares ucranianas en territorio ruso no hacían predecir otra cosa que lo sucedido: un ataque masivo y coordinado contra objetivos energéticos de Ucrania que es una operación para crear un caos en cuanto lleguen otoño e invierno. Lo de Oriente Medio es, a estas alturas, una spot publicitario sangriento, espeluznante, sin equilibrio.

Las guerras económicas no son tan efectistas para los documentos audiovisuales, pero también causan bajas, silenciosas, de gran espectro. Cuando anuncian de manera explosiva que suben o bajan los tipos de interés se produce una burbuja de asentimiento incondicional, difícil de comprender para los legos. Es como si se tratara de la infalibilidad del papa, pero en despachos con moqueta. Intentan convencernos de que ellos son el Poder. Truco de ilusionismo.

Un directivo de una empresa de gestión bursátil de una marca internacional asegura que están vendiendo acciones y acumulando efectivo porque encuentran la Bolsa muy cara. Le estoy dando vueltas a esta pista porque lleva un mensaje secreto muy importante para todos los que tenemos las percepciones alteradas.