Explicaciones debidas

Nos deben muchas explicaciones. Demasiadas. El listado se puede hacer infinito. Desde lo más personal, a lo universal, convivimos con asuntos, acciones, circunstancias que aceptamos con la misma naturalidad que entendemos que el sol y la luna se persiguen y nunca se encuentran y por eso estamos de día o e noche. Pero hay cuestiones que no se explican porque probablemente la explicación nos convertiría en cómplices de una malversación de emociones, dineros públicos y entraríamos en asuntos penales desconocidos más graves.

Cuando estas líneas ya sean propiedad de ustedes, es posible que se sepa de manera oficial la condena recibida por Daniel Sancho, el descuartizador de una médico colombiano en Tailandia. Un caso mediático debido a que los padres del asesino confeso son famosos, especialmente el padre. Pues bien, si hace meses era un tema recurrente en las tertulias del salchichón, llevan unas semanas con la sentencia en primera línea, cosa que coloca la programación en una nube de mierda, pero lo que no se explica es que RTVE mande un equipo de desplazados para transmitir en directo la lectura de la sentencia. ¿Qué interés general tiene lo que el tribunal decida sobre el descuartizador?

Se lo tienen que hacer mirar de manera muy seria. En las públicas como en las privadas, al igual que la famosa Tomatina de Buñol. ¿Qué aporta esta horterada a la cultura general? La vaselina infectada es que justifican que esas toneladas de tomates se plantan exclusivamente para este acto televisado. Se derrochan productos alimentarios sin explicaciones convincentes.