Kike DE PABLO
Alpinista
Bobadas alpinas

Irrespirable

En una de las novelas de Craig Johnson, negras y costumbristas sobre las praderas y montañas de Wyoming, se apunta que las cicatrices hacen mejores historias que los tatuajes. Seguro que sí, pero las cicatrices dejadas estos días por el atentado en Charlie Hebdo y acontecimientos subsiguientes cuentan historias que habríamos preferido no oír. En nuestras sociedades hoy día fragilizadas y asustadas resulta fácil la propagación de odios y venganzas entre grupos y comunidades por agravios reales o percibidos, lo que parece ser el objetivo premeditado de todas estas acciones.

Un escalador americano comentaba que «nuestra vida ha llegado a ser masivamente complicada al aterrizar en el crash-pad de la cuarentena», pero a muchos de los que pasamos de los 60 los acontecimientos de Francia, y lo que pueda seguir, nos suena más a repetido, un «día de la marmota» social y político.

De este ambiente irrespirable pasemos a otro más ligero, aunque su respirabilidad deje algo que desear. El valle del Arve -sí, ese de Chamonix y el Mont Blanc- ha registrado en el aire este 3 de enero una tasa de partículas finas de 90 microgramos por metro cúbico, pasando los días siguientes de los 50, lo que enciende la alerta roja y autoriza al prefecto de Alta Saboya a interrumpir la circulación de vehículos y netamente de camiones en la zona. En total, 58 días del año con polución por partículas por encima del nivel máximo cuando el límite reglamentario europeo está en 35 días. Heidi y su abuelito andan alicaídos.