ALAVÉS - LAS PALMAS

La lógica dice que a un equipo como el Alavés, que apenas ha sacado rendimiento a su condición de local -ha ganado tres de los diez partidos disputados en Mendizorrotza-, lo que peor le podría venir es la llegada del mejor visitante, Las Palmas, que solo ha perdido un encuentro lejos de su estadio. Sin embargo, la escuadra babazorra no está ahora mismo para muchos razonamientos y sí para hacer de la necesidad virtud derrotando al líder en el último envite de la primera vuelta, si no quiere complicarse, y mucho, la vida.

Puede que los de Alberto López necesiten un rival de campanillas para darle la vuelta a una nefasta dinámica que les ha llevado a conseguir únicamente cuatro puntos de los últimos 18 que han jugado. O a encajar una media de dos goles por partido en esas mismas seis jornadas más recientes, lo que supone un obstáculo insalvable para que el conjunto arabarra tenga opciones ante sus adversarios.

Si esos pésimos números se mantienen ante una escuadra como la isleña, pese a que arribe a Gasteiz diezmada por sanciones y lesiones, escasas posibilidades va a tener el Alavés de hacerse con los puntos. El equipo necesita, como condición ineludible, recuperar la seguridad defensiva que transmitió en el primer tramo de la temporada y mantener la concentración durante los noventa minutos. La exigencia del líder puede ser el mejor aliciente para reencontrarse con ambas cualidades.

Y hablando de reencuentros, Mendizorrotza volverá a acoger a Guzmán Casaseca, el futbolista que el año pasado con su gol obró la hazaña en el último momento de salvar al cuadro albiazul en Jaén. Tras dos campañas en el vestuario babazorro, el jugador extremeño, un auténtico trotamundos del fútbol, fichó este pasado verano por la escuadra amarilla y todo apunta a que hoy será titular.