Llega el invierno

Viene el invierno algo tardío y las cantidades de nieve caídas, tanto en Alpes como en Pirineos (y por casa también, cierto) han provocado un singular rosario de accidentes por aludes. Ya en el Pirineo los guardianes del refugio de Respumoso hubieron de ser evacuados después de que una avalancha provocara desperfectos en el edificio y arrastrara a uno de los guardas, afortunadamente sin consecuencias.
En las mismas estaciones de ski ha habido bastantes accidentes fuera de pista, algunos con resultados fatales. En los macizos alpinos de Francia entre percances y rescates, cuando el riesgo de aludes era de 4 y 5, han llevado al comandante del pelotón de gendarmería de montaña de Annecy a exclamar que «bastante es bastante», y que en adelante los que sean rescatados o se accidenten en esas condiciones podrán ser perseguidos judicialmente. «Cuando todos los semáforos están en rojo, hay gente que se mete en sitios de riesgo. Esos han de asumir responsabilidades, incluso en el plano penal. Durante tiempo se ha considerado que en montaña se podía hacer lo que se quería. Ese tiempo se ha acabado», concluye. En principio no hay nada que objetar, cuando uno lee algunos de los estúpidos rescates realizados en condiciones de severo riesgo, pero he de confesar que la última frase, bastante militar, me produce un cierto rechazo, sobre todo cuando es sabido que nunca se ha podido hacer en la montaña –ni en ningún sitio– lo que uno ha querido, al menos no del todo.