11 FEB. 2015 Llamamiento de la grada Iñigo Cabacas a acompañar el autobús del equipo hasta el campo Iago, Aurtenetxe y 50.000 más Ernesto Valverde no desvela sus opciones sobre todo en la medular, pero sostiene que lo que hay en juego y el momento anímico del equipo estarán por encima de cualquier cansancio tras el intenso partido ante el Barça. Pronostica un partido «cerrado y poco alegre». Joseba VIVANCO ATHLETIC - ESPANYOL No estamos en agosto y la capital bilbaina está inmersa en una semana grande... futbolística. El 2-5 que le infligió el Barça no ha pasado factura, esperemos que no en los jugadores y desde luego que no lo ha hecho en la afición. Es más, la actitud de la grada, prácticamente unánime, de reconocer la actitud de los suyos ante los culés, no ha hecho sino acrecentar la sensación de que la final de Copa es posible. Y si el primer paso lo dieron unos y otros el pasado domingo, recuperando esa comunión, ese `Denok batera' de hace algo más de medio año cuando el Napoli llegaba a San Mamés con iguales intenciones que lo hará el Espanyol, hoy volverá a visualizarse. A las 20.15 hay un llamamiento a acompañar al autobús del equipo como en las grandes ocasiones. La cita será en Sabino Arana, convocada por los grupos que conforman la Iñigo Cabacas Herri Harmaila. Como el domingo ante el Barcelona, ellos volverán a liderar el primero de los 50.000 alientos que luego auparán al equipo en el estadio. El Athletic va a necesitar de su afición, porque estos partidos, sobre todo al ser de ida, requerirán de ese estímulo constante, del empuje anímico, ante un Espanyol que lejos de su estadio baja prestaciones, pero, no lo olvidemos, estamos en puertas de jugar una final de Copa. Y sin haber favoritos, lo que sí parece claro es que el Athletic llega con confianza en sus posibilidades. «Llevamos unos partidos que estamos bien, estamos mejor, el otro día el resultado fue contundente, pero el equipo compitió y tuvo opciones. Estamos razonablemente satisfechos, el equipo está bien desde el punto de vista anímico y eso nos viene muy bien», expuso ayer en la previa Ernesto Valverde. El técnico rojiblanco reconoce que ante su público, el equipo decepcionó a su hinchada frente al Elche, pero cree que han vuelto a conectar, que han encontrado la buena senda. «Esperemos que haya muy buen ambiente y que le gente sepa lo que nos estamos jugando», confió. Eso sí, deben ser los jugadores los que tiren de la grada, añadió. Hay confianza en un buen resultado, llegó a decir el técnico, pero sabiendo que no será un partido «alegre» ni «muy abierto» en cuanto al juego. El Espanyol se encuentra a gusto dejando la iniciativa al rival y aprovechando los espacios arriba y sus dos puntas. «Sí, puede que sea un partido cerrado, siendo además a dos encuentros, lo que te hace cuidar, no soltarte demasiado. Pero nosostros jugamos en casa...», añadió. Mantener la portería a cero y afinar la puntería. «Estamos buscando efectividad» cara a la meta rival, reconoció Txingurri al ser preguntando por la prolongada ausencia de Viguera. El de Viandar de la Vera apunta a algunos cambios: uno sabido, Iago en la puerta; otro fijo, Aurtenetxe en el lateral, toda vez que Balenziaga no entró en la convocatoria. Y quizá San José y Beñat pudieran repetir en la medular. La baja de Laporte debería ser cubierta por Gurpegi y está también la duda de Iraola o De Marcos para el lateral. Con un Espanyol que esperará atrás su oportunidad, el Athletic necesitará mover la pelota con ritmo y tino, y quizá Beñat sea el hombre elegido en lugar de Rico. Varias combinaciones que Valverde resolverá esta noche. Los rojiblancos están conjurados, «se les nota ya y se notará mañana», reconoció Valverde, «vamos a por el primer asalto y estamos convencidos de un buen resultado». Y lo más importante, «jugar una semifinal palía cualquier cansancio». Iago, Aurtenetxe y 50.000 más... Los leones le vuelven a coger el gusto a la Copa Lo del idilio histórico del torneo del KO con el Athletic parece ya no ser cosa de la hemeroteca ni de las batallitas del abuelo Cebolleta. En 2002, los rojiblancos se plantaron en semifinales ante un Madrid superior y cayeron 4-2 en la eliminatoria. Tres años después, en 2005, las lágrimas en puertas de la final se las hizo derramar el Betis desde los once metros. Pero cuatro años más tarde llegó la épica noche ante el Sevilla de Del Nido y tres después, la semifinal ganada al Mirandés por un 8-3 global. Hoy, tres años más y nueva semifinal en puertas. J.V. Sergio: «Hemos de madurar el partido, pero tampoco recular» «Lo que sucedió en la Liga no tiene nada que ver con la Copa. Son competiciones distintas. Las ilusiones están intactas. Los dos equipos queremos pasar la eliminatoria y pelearemos a muerte por ella. Para los jugadores este es un partido ilusionante, que puede ser de los más importantes de su carrera, pero deben afrontarlo con la tranquilidad de saber que están preparados y si están ahí es porque se lo han ganado», fueron las palabras ayer del técnico `perico' Sergio González. El Espanyol llega con algunas bajas, Abraham y Cañas, lesionados, y Álvaro, sancionado, pero con las ideas claras. «Este es un partido para competir y para dar una muestra del buen equipo que somos. No podemos recular. En el equilibrio está la virtud. No podemos estar atrás ni tener precipitación ofensiva. Hemos de madurar el partido. Ni volvernos locos atacando ni estar solo defendiendo pensando en el partido de vuelta», declaró ayer. Un choque abierto y con dos equipos que vienen de un gran esfuerzo en la Liga. «Llegamos igual de cansados. Estamos en un momento muy parejo a ese nivel para los dos, aunque sabemos que será un partido con mucha intensidad», apuntó Sergio, que insistió en la enorme ilusión de sus jugadores. J.V.