El secretario de Estado de Deportes francés Thierry Braillard se desplaza el 27 de este mes a Briançon para discutir, con agentes y autoridades implicadas, sobre el gran número de accidentes mortales que están ocurriendo este invierno en los Alpes, en gran parte por aludes.

Hay que tomar medidas, es la idea, y por eso se presenta en esta capital alpina (aparte de alguna inauguración que otra prevista). En Francia el deporte de la glisse (podemos traducirlo por «deslizamiento») aporta todos los años unas decenas de muertos en ski de montaña y, ¡qué decir en pistas!, donde cada temporada hay unas 45.000 intervenciones de ayuda con cerca de 150.000 heridos, aunque hay que tener en cuenta que son 8 millones de practicantes.

La densidad es el factor multiplicante de accidentes y parece que las colisiones van en aumento. En Suiza un estudio parece demostrar que las tomas de video inducen a una mayor asunción de riesgo; que la «GoPro» compite con los selfies en la alimentación del ego.

Aunque es tema diferente, la empresa Montenius Consult ha hecho un estudio donde se demuestra que la longitud de pistas que dan las estaciones está fuertemente exagerada, de media un 30%, aunque algunas llegan al ¡113%! Consultados los responsables apuntan que miden «los giros que efectúan los esquiadores en pista», que eso es lo real, dicen. El caso es que pueden ser, al parecer, acusados de publicidad engañosa. En fin, como los datos económicos oficiales, podríamos decir.