Tras dos semanas consecutivas en las que se ha visto obligado a dejar su sitio a Jokin Altuna, en total han sido tres en las diez jornada disputadas, Juan Martínez de Irujo regresa este sábado al campeonato en el Labrit, con la firme intención de conseguir un octavo punto que supondría el pase virtual a semifinales. Las sensaciones del entrenamiento del martes, mucho mejores de lo esperado, le llevaron a adelantar una decisión que tenía previsto tomar hoy.

A pesar de que el delantero de Amezketa ha ofrecido un nivel óptimo cuando le ha tocado suplir al de Ibero, todo pelotari quiere jugar y el campeón manomanista está deseando regresar a la cancha, eso sí, una vez que ha comprobado que su zurda le responde. «Me vi muy bien calentando, fui forzando, hice una prueba exigente y me vi apto para jugar. En un campeonato no te puedes esconder, si vas a ello los rivales te ven y además de sufrir, no disfrutas y ya he sufrido bastante todo el año pasado», señaló en la elección de material de ayer el Labrit.

Y es que, a pesar de que en lo deportivo, en cuanto a txapelas, 2014 fue un año inmejorable, solo él y los más allegados saben todo lo que sufrió, con problemas de manos que lo obligaron a parar varios meses en verano. En este Parejas, «jugué tres partidos con dolor, no pensaba que era tanto, y a pesar de sufrir, como las cosas iban saliendo... Pero decidí parar porque, al final, si sigues, la avería se hace mayor. Los médicos me decían que eso se podría convertir en una fibrosis mayor y entonces tendría consecuencias y lo que sufrí el año pasado no se lo deseo a nadie», explicó el delantero.

Los problemas que lo han apartado de esta edición del Parejas, «son en otro sitio pero mis manos están justas, no las tengo nunca al 100%. Esto es una lesión que tuve hace cuatro años y ha vuelto a surgir, salimos de una y entramos en otra, creo que es lo que me espera de aquí en adelante», señaló Irujo con algo de resentimiento.

Mira al material

Las renuncias por mal de manos son una constante en este Parejas e Irujo no cree que se deba a una casualidad. «Dicen que es una mala racha, pero yo creo que no, el material algo tendrá que ver. En el vestuario se comenta que estamos a disgusto con el material y no porque unas sean más vivas o más muertas, es sobre todo por cómo vienen las pelotas, que ta da hasta miedo meter la mano. Al final es un tema que siempre va a estar ahí», agregó.