22 MAY. 2024 AZKEN PUNTUA El último parto del día Koldo CAMPOS Escritor En la sala de espera del hospital un hombre paseaba su ansiedad a la espera de que se abriera la puerta del fondo y la misma enfermera que ya le había pedido mantener la calma, finalmente, volviera y le anunciara el nacimiento de su hijo. Solo faltaba un parto de los previstos para aquel día. El hombre, nervioso, no dejaba de pensar en ese hijo, su primer hijo, e iba y venía por la sala musitando entre dientes las expectativas que de su hijo se hacía: «Serás audaz hijo mío, que la prudencia no es virtud en el hombre, que guarde las distancias quien viva en la costumbre, para ti son el tiempo y el espacio... Serás práctico hijo mío, que los sueños bien están para la noche, pero hay que usar sombrero al sol del mediodía. No corras detrás de las palomas... ¡Cómetelas! Serás fuerte hijo mio, que los argumentos buenos son cuando convencen, pero hay que afirmarse al suelo si se camina al frente y solo la autoridad te procura el respeto... Serás tenaz hijo mío, que mientras haya aliento habrá pelea, besa la mano de tu enemigo hasta que se la partas... Serás valiente hijo mío, que en el coraje de un hombre se hermanan y se funden fortuna y apellidos...». Y entonces apareció sonriente la enfermera en la sala de espera: «¡Ha sido niña!». (Preso politikoak aske)