Naiz

Reducir accidentabilidad y potenciar la bicicleta, ejes del Plan de Seguridad Vial

El Ayuntamiento de Iruñea va a dotar a la ciudad de un nuevo Plan de Seguridad Vial para los años 2017-2021 con el que se busca reducir el número de accidentes en la capital (2.554 en el último año) y potenciar la bicicleta como medio de transporte seguro. Son los dos objetivos fundamentales del plan, que prevé medidas educativas, informativas, acciones de seguridad peatonal y señalización, control, análisis y empleo de nuevas tecnologías para llevarlo a cabo.

El nuevo Plan de Seguridad Vial de Iruñea busca potenciar el uso de la bicicleta.
El nuevo Plan de Seguridad Vial de Iruñea busca potenciar el uso de la bicicleta.

La Junta de Movilidad del Ayuntamiento de Iruñea ha conocido las líneas maestras del nuevo Plan, con el que se da continuidad a los trabajos realizados en el Plan de Seguridad Vial 2012-2015.

Según recoge el documento, gracias a las medidas implementadas con aquel plan y las realizadas por otras entidades, se ha conseguido mejorar los datos de accidentalidad, con un ligero descenso tanto en el número de accidentes como en el de víctimas. En concreto, en la última década han disminuido los accidentes de tráfico en un 15%, de 3.004 registrados en 2007 a 2.554 en el 2016, y la cifra de atropellos ha descendido un 12,6%, de 166 a 145.

Por el contrario, el mayor uso de la bicicleta ha hecho que se incrementen el número de accidentes en los que se ve implicado este vehículo: de los 65 registrados en 2007 a los 104 del año pasado (un 60% de incremento).

A la vista de estos datos y del nuevo modelo de movilidad sostenible que busca el Ayuntamiento, el nuevo Plan de Seguridad Vial recoge acciones y propuestas para priorizar la seguridad en Alde Zaharra, y la implantación de nuevos modelos de movilidad más sostenibles, con una mayor responsabilidad ambiental, de manera que iruindarras y visitantes se sientan seguros en los desplazamientos por la ciudad y se mejore además la calidad de vida de sus habitantes.

Para la elaboración del nuevo Plan de Seguridad Vial 2017-2021, el Ayuntamiento de Iruñea sigue la filosofía de ‘visión cero’, ya recogida en la estrategia de seguridad vial de la DGT. Esta filosofía considera inaceptable toda pérdida de vidas humanas en accidentes de tráfico y por ello su objetivo es de cero muertos; acepta el error humano como algo inevitable y, por ello, hace especial hincapié en la mejora de las infraestructuras y los vehículos para evitar esas muertes, minimizando además las consecuencias de los accidentes.

Así, el plan parte del análisis de los dos principales motivos por los que se ha producido la siniestralidad en Iruñea en los últimos años y extrae dos conclusiones. La primera, que la mayor parte de los heridos graves y fallecidos son producidos por atropellos. La segunda, que la potenciación del uso de la bicicleta contribuye a la mejora de la seguridad vial, pero es preciso intentar corregir los accidentes con estos vehículos con medidas específicas.

Así, el Plan buscará la reducción de los atropellos en Iruñea a través de distintas medidas, como son la reducción de la velocidad, la mejora de la visibilidad y la disciplina de los pasos, tanto de peatones como de vehículos. Asimismo, el Plan hace especial hincapié en medidas a adoptar para minimizar los atropellos a personas de avanzada edad.

Respecto a la bicicleta, el Plan constata un gran incremento en su uso: según los datos del Observatorio de la Bicicleta, en Pamplona se realizan 20.000 desplazamientos diarios por este medio, lo que supone que unas 5.000 personas utilizan la bicicleta diariamente. Por ello, aunque la bicicleta va a contribuir a la larga a una importante mejora de la seguridad vial, se debe intentar corregir los accidente con estos vehículos mediante medidas específicas.

Acciones y propuestas
El Plan de Seguridad Vial 2017-2021 contempla diez grandes ámbitos de actuación, que abarcan desde medidas de señalización hasta acciones formativas, de análisis y uso de nuevas tecnologías.

El primer gran campo es el de la educación y la formación, para generar una conciencia social en materia de seguridad vial con los colectivos más permeables y vulnerables. Así, se contempla la formación en centros escolares, tercera edad, discapacitados, universitarios, infractores y usuarios adolescentes de la bicicleta. La segunda área es la de información y comunicación, y contempla el lanzamiento de campañas de seguridad vial para peatones y ciclistas a través de los medios de comunicación.

Un tercer ámbito de actuación serán acciones denominadas ‘pasivas’ de seguridad vial, entre las que se encuentran la iluminación de pasos de peatones, la ejecución de pasos asimétricos, la eliminación de obstáculos en el campo de visión, la protección de aceras, la reducción de la velocidad del tráfico en determinadas áreas, el aumento de los tiempos en pasos de peatones que así lo requieran y la instalación de reductores de velocidad. Destaca, entre otras medidas, el impulso a los caminos escolares seguros, en colaboración con los centros educativos de Iruñea.

Otro ámbito de actuación está integrado por las medidas activas de control. Así, el plan marca realizar 1.600 controles de velocidad con un mínimo de 4 millones de vehículos controlados, y controles específicos para ciclistas (300 controles con una duración de 240 horas).

El Plan dedica expresamente a la bicicleta un ámbito propio. En este sentido, prevé medidas para la potenciación del uso de la bicicleta en la ciudad como medio de transporte, y la concienciación ciudadana sobre la bicicleta y su espacio. Entre otras acciones, se contempla la modernización de la normativa sobre el uso de la bicicleta, así como la organización de tres acciones por trimestre y una jornada anual.

El sexto ámbito de actuación se refiere a la señalización, con la planificación anual para su mantenimiento continuo. El séptimo apartado se dedica a la investigación y estudio de la seguridad vial en las vías de Iruñea: se pretende recopilar datos diariamente para su análisis, de manera que se puedan adoptar soluciones a los puntos conflictivos que se detecten.

El Plan reserva un ámbito de actuación para el seguimiento de las víctimas. A través de la Oficina de Atención a la Víctima, se realizará un seguimiento total de todas las víctimas graves y fallecidas en Iruñea con el objetivo de evitar victimizaciones secundarias y obtener un conocimiento de las consecuencias reales de los accidentes. La atención se realizará de forma personalizadas.

Los dos últimos ámbitos de actuación del Plan son el de la planificación paralela, es decir, coordinada con las distintas áreas municipales, así como con la Mancomunidad y las organizaciones civiles; y el uso de las nuevas tecnologías, para impulsar todos los avances tecnológicos posibles para favorecer un modelo de movilidad sostenible y seguro.

145 atropellos en 2016
Según recoge el nuevo Plan de Seguridad Vial, el punto de partida es 'positivo’, dada la reducción en la última década de accidentes y atropellos, así como de los heridos que han supuesto. Como se ha adelantado, en el año 2016 se registraron 2.554 accidentes, frente a los 3.004 del año 2007 (un 15% menos). De ellos, 2.305 fueron colisiones (frente a las 2.838 del año 2007), 145 atropellos (fueron 166 en 2007), y 104 accidentes con bicicletas implicadas (cuando en 2007 se registraron 65). Eso sí, respecto a la comparativa anual, el número de accidentes en 2016 respecto a los datos de 2015 creció (360 más), aunque tanto los atropellos como los accidentes con bicicletas implicadas, bajaron (tres atropellos menos y 20 accidentes menos).

En cuanto a personas heridas, tanto leves como graves, en la última década se ha producido una reducción de entorno al 40% en ambos casos. Así, en el año 2016 se contabilizaron 609 heridos leves, frente a los 1.082 registrados en el año 2007 (un 43,7% menos), y 45 heridos graves, cuando en 2007 sumaron 71 (un 36,6% menos). El número de fallecidos registrados en el año 2016 fue de 3 personas (en el año 2007 fueron 4). En la comparativa anual, en 2015 hubo 584 personas heridas (25 menos que el año pasado) y dos personas fallecieron.

Si se observan los datos de evolución de la siniestralidad de la última década, destaca el hecho de que los años en los que se aprecia un mayor descenso se corresponden con la implantación de medidas para la reducción de velocidad del tráfico urbano. Una de estas medidas fue la instalación de 8 cabinas de radar en las vías principales, con lo que se consiguió un efecto de reducción de la velocidad de circulación y, como consecuencia, una menor lesividad en los accidentes de tráfico.

Con respecto a los atropellos, más de la mitad de ellos se produjeron en 2016 en pasos de peatones sin regulación semafórica: el 56% (81 atropellos) y las principales víctimas de estos accidentes son personas de edad avanzada que, además, sufren generalmente lesiones más graves. Además, un 11% se registraron en pasos de peatones con semáforos (un total de 16). Asimismo, un 14% de los atropellos se produjeron en aceras y vías peatonales (20) y el 19% restante, en la calzada (28).