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Rugby inclusivo

Retumban los tambores en el graderío de Gamarra y saludan eufóricos los jugadores desde el campo. Son cuatro equipos, tres vascos y un valenciano, los que disputarán el II Campeonato Estatal de Rugby Inclusivo, en el que no se hacen distingos entre jugadores «estándar» y chicos y chicas con síndrome Down o autismo, pues todos juegan en el mismo quince. Lo que vemos es una lección de integración, impartida sobre el barro con carreras, placajes y ensayos, más el inevitable tercer tiempo de este deporte de villanos jugado por caballeros.

Los jugadores de Gaztedi y del Cullera, en el campeonato estatal que se disputó en Gasteiz. (Gotzon ARANBURU)

Así lo define el dicho inglés: un deporte de villanos jugado por caballeros, en contraposición con el fútbol, que sería un deporte de caballeros jugado por villanos. En el caso del rugby inclusivo habría que decir damas y caballeros, pues los equipos son mixtos, y desde luego el dicho se demuestra cierto: cada partido de los disputados hoy ha sido una demostración de fuerza, entusiasmo, respeto mutuo y deportividad.

En lo que respecta a la afición, los seguidores del Cullera Clan Tri ganan de calle en las gradas de Gamarra. Provistos de tambores y bufandas, animan a su equipo desde el primer momento, cuando se ha situado debajo de los palos para hacerse la foto de recuerdo, ceremonia que repiten los otros tres competidores, cada uno con su particular grito de guerra. Los tres representantes vascos en el campeonato son Universitario Bilbao, Hernani CRE, y los anfitriones, Gaztedi RT. Otros equipos, como el Ordizia, aunque no cuenta con equipo inclusivo, sí han aportado personal para colaborar en las múltiples tareas que requiere el campeonato, desde organizar los entrenamientos preliminares hasta vender camisetas en la carpa.

El árbitro Aitor Chasco ha dispuesto a los jugadores de los cuatro equipos en una gran círculo y ha dirigido el entrenamiento colectivo, además de recordarles las normas por las que se rige el rugby inclusivo. El reglamento presenta algunas modificaciones con respecto al rugby estándar, como nos explica Ainhoa Belakortu, jugadora y directiva del Gaztedi: «En realidad, los cambios son muy pocos. Los placajes, por ejemplo, han de ser más suaves. Se agarra y eso, pero no con tanta dureza».

Los expertos recomiendan subir poco a poco la intensidad de los ejercicios, así como evitar saltos verticales y apoyos palmares, dada la hiperflexibilidad muscular característica de las personas con síndrome Down. Igualmente, subrayan la importancia de transmitir bien las explicaciones y superar así las dificultades de comprensión y atención.

Implicarse en muchas tareas

Hace tres años que Gaztedi abrió sus puertas al rugby inclusivo, y lo hizo con toda normalidad. Mientras que ámbitos como la danza, el teatro y la música cuentan desde hace tiempo en Euskal Herria con grupos como Verdini, Ezezagunok, Motxila 21… el mundo del deporte parecía vedado a los chicos y chicas con capacidad reducida, pero no es así, como se está demostrando. Y como indica Josu Isuskitza, presidente de la Asociación Down de Araba, la práctica del deporte repercute claramente en el bienestar físico y mental de estas personas. «Les sirve para socializar, para trabajar en equipo, para aprender a ganar y a perder. Y no solo son los entrenamientos o los partidos, sino que hay que implicarse en las muchas tareas que implica pertenecer a un club».

Oihan Martinez es uno de los titulares indiscutibles del Gaztedi. Del rugby le gusta todo; el juego en sí mismo, el ambiente con los compañeros, los viajes… Fue David Izquierdo, uno de los entrenadores del Gaztedi, quien le metió el gusanillo del rugby –«el que me dio la tabarra» en sus propias palabras– y le ha enseñado a placar, a arrojar su cuerpo contra el saco Gilbert, a correr para ensayar. «Pero no siempre toca jugar. A veces hay que atender la tienda o servir en el bar. De todo, como en la vida misma» remacha con sabiduría.



David Izquierdo, que no se encuentra hoy en Gasteiz, sino en Turín, es uno de los principales impulsores del rugby inclusivo a nivel estatal. ¿Y cómo ha podido faltar a la cita de Gamarra? Pues porque tenía que asistir, en la ciudad italiana, nada menos que a la designación oficial de Gasteiz como sede del Campeonato Mundial del Rugby Inclusivo de 2017. La carrera ha sido meteórica. En apenas tres años Gaztedi ha pasado de llevar a cabo su primer entrenamiento –de prueba– de rugby inclusivo a organizar el Campeonato Mundial, en competencia con ciudades de tanta tradición en este deporte como Londres y la irlandesa Cork.

Campeonato Mundial en 2017

Sin que el club gasteiztarra lo supiera, desde Inglaterra se venía observando su labor, y así le llegó en otoño de 2014 la invitación para participar en el Mundial a disfrutar en Bradford un año más tarde. La participación en el mismo se saldó con la consecución del ‘Spirit of Mixed Ability Rugby Trophy’, el galardón que se concede al equipo que mayor actitud inclusiva demuestra durante la competición. El otro gran premio, el estrictamente deportivo, correspondió al Sunday’s Well Rebels, de Cork.

La impresión que dejó el combinado vasco en Inglaterra el año pasado fue magnífica, como atestiguan las declaraciones de jugadores, árbitros y directivos, y probablemente decisiva para conceder a Gasteiz el IMART 2017, esto es, el Campeonato Mundial de Rugby Inclusivo. Se prevé la participación de quince equipos y la llegada a la capital alavesa de unas 600 personas, entre jugadores y acompañantes. Los partidos se disputarán en el complejo deportivo de Betoño, donde cuatro campos de fútbol se convertirán en canchas de rugby. ¿Qué mejor manera de celebrar el 40 aniversario de un club histórico como el Gaztedi?

Asociación Down Araba - Isabel Orbe será sin duda una de las organizaciones que pondrán toda la carne en el asador para que el Mundial sea un éxito. Ya lo hacen para que el rugby inclusivo se asiente en Gasteiz, y es que han comprobado que es un deporte idóneo «para que las personas con diferentes capacidades puedan participar como uno más» indica Josu Isuzkiza, padre de una niña con Down, para añadir que «en el caso de los Down su aspecto físico lleva casi siempre a una predisposición negativa del resto de la gente, al estereotipo, pero en el rugby no me ha ocurrido. Nadie me preguntó lo que June podía hacer o dejar de hacer; sencillamente entró y empezó a jugar. Hay cosas que hace a otro ritmo, pero nadie la trata diferente por eso. Para mí fue sorprendente, porque creo que es la primera vez que no empezaron por preguntarme ‘¿qué es lo que no puede hacer?’».

Efectos positivos

Josu ve de cerca los efectos positivos de la práctica de este deporte y resume su percepción en muy pocas palabras: «¿Inclusión para qué? Para que se sientan aceptados, iguales al resto, felices siendo ellos mismos. Y jugando al rugby lo son». No solo jugando; todo jugador de rugby que se precie conoce la importancia del «tercer tiempo», que en el caso del campeonato que hemos presenciado en Gamarra toma la forma de comida popular conjunta. Y para cerrar la jornada, coloquio-café en el que dos representantes del staff de cada club, junto con el árbitro, evalúan el campeonato y montan un brainstorming de ideas para mejorar el rugby inclusivo.



Con ser importante, el deporte no es el único campo de trabajo de Down Araba. De hecho, su programa principal en este momento, siempre con el objetivo de facilitar una vida independiente, es la gestión de un piso en el que las personas con Down completan periodos de estancia que les permiten conocer de primera mano la vivencia de la autonomía personal, de forma que posteriormente puedan optar o no por vivir de forma independiente.

Otro campo de trabajo importante es la prolongación de la etapa de formación, que habitualmente acaba a los 21 años en el caso de las personas con capacidad reducida, pero que Down Araba intenta que se alargue y complete, facilitando así su acceso a puestos más cualificados en el mercado laboral. Gestión del tiempo libre, apoyo escolar a niños de corta edad, orientación a padres y madres… completan la actividad, intensa, de la asociación alavesa.