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Negligencias médicas agravan la situación de Josu Urrutikoetxea

Etxerat ha revelado hoy varias negligencias médicas en el caso de Josu Urrutikoetxea que, sumadas a las decisiones judiciales, hacen que su estado de salud haya empeorado. Hace un «llamamiento a la cordura» y reclama su puesta en libertad, como determinó el Tribunal de Apelación de París en junio.

Josu Urrutikoetxea, en una imagen de 2002, hace ya 17 años. (Gari GARAIALDE | FOKU)

Intervención quirúrgica suspendida dos veces, una infección provocada probablemente como consecuencia de ello, pérdida del informe médico (que ha debido ser reelaborado...) Etxerat ha difundido hoy varias negligencias que complican la situación del preso Josu Urrutikoetxea y que se suman a la fuente principal del problema: la decisión de mantenerlo encarcelado pese a que el Tribunal de Apelación de París determinó el 19 de junio que debeía quedar libre.

Etxerat comienza recordado que en mayo el médico que había atendido a Urrutikoetxea trasladó al procurador que debía ser operado en un plazo no superior a 30 días. De hecho, su estado de salud fue el centro del debate cuando fue enviado ante el juez de libertades el día 17 de ese mes. Y el magistrado estableció que debía ser intervenido para que «su estado pudiera ser compatible con su encarcelamiento».

Sin embargo, transcurridos casi tres meses no solo sigue a la espera de intervención, sino que se han sumado otras negligencias, de modo que su estado «ha empeorado».

Tres negligencias

En primer lugar, la intervención quirúrgica necesaria se ha suspendido dos veces. El 15 de julio fue alegando a «razones de seguridad». Y el 29 de julio, apunta Etxerat, «por un error de la administración penitenciaria, ya que los servicios médicos de La Santé no habían gestionado adecuadamente el protocolo y no se le había administrado el tratamiento antibiótico previo».

Como derivada, en el análisis realizado al llegar al hospital, sigue Etxerat, los médicos le detectaron una nueva infección, que puede tener su origen en la sonda urinaria que tiene colocada tras su detención el 16 de mayo a la espera de la intervención quirúrgica que no llega.

Otra negligencia es la desaparición de su informe médico desde que compareciera por primera vez en el Juzgado de Bonneville hasta el posterior traslado al Juzgado de París. «Los servicios médicos de La Santé han requerido muchas semanas para comenzar a rehacerlo», añade el colectivo de familiares.

En tercer lugar, Josu Urrutikoetxea permaneció varios días con fiebre hasta que el 3 de agosto fue llevado a la enfermería de la prisión. Y aun así tuvo que esperar al día 5 para recibir tratamiento antibiótico por la infección (doble) que padece.

Tras detallar todo ello, Etxerat subraya que «no hay ninguna justificación que avale el proceder de las autoridades penitenciarias y judiciales, una actuación que está poniendo en peligro, voluntaria y conscientemente, la vida de una persona que está bajo su custodia y responsabilidad, y que provoca sufrimiento físico y síquico tanto a él como a todo su entorno afectivo y familiar».

Etxerat hace un llamamiento «a la cordura y la responsabilidad». Apela a los agentes vascos y del Estado español a sumar esfuerzos contra esta vulneración de derechos. Y reclama u liberación, «tal y como deliberó el Tribunal de Apelacion de París el pasado 19 de junio, al objeto de que pueda ser atendido con garantías y dignidad en un entorno hospitalario».