Juan Carlos Poderoso | Plataforma AP-8 Peajerik EZ

Nada que celebrar

El reciente acuerdo en el traspaso de competencias de carreteras entre Madríd y País Vasco, que incluye la gestión de la AP-68 que trascurre por la comunidad autónoma, no es algo que la Plataforma AP-8 Peajerik EZ, vea como un logro que valla a mejorar la movilidad de los vascos. Y no lo será porqué las intencion y finalidad de esta transferencia, es la de replicar la gestión que ahora hacen la Diputación de Gipuzkoa y Bizkaia con respecto a la AP-8, cuya concesión termino hace 15 años, durante los cuales son ellas las que explotan tan rentable negocio. Vamos que los vascos solo veremos la liberalización de la AP-68, en el 2026 cuando vence la concesión, en los tramos que discurren por Aragón y La Rioja. Pues en los tramos alaves y bizkaino sus respectivas diputaciones nos obligaran a seguir pasando por caja si queremos circular por esta vía rápida y segura. Eso sí, nos dirán que será un peaje blando, algo que también argumentaron en su día en la AP-8 y que, a día de hoy, se a convertido en uno de los más caros del Estado.

Todo ello por lo que nuestro lehendakari afirmo cuando se le pregunto por la liberalización de la AP-1 y sus repercusiones en el tramo vasco: «en Euskadi tenemos un tratamiento diferencial en materia de autopista». Vamos, quiso decir que aquí se sigue haciendo negocio, pero ahora ellos, con las autopistas, a costa de los pardillos que han dado en vivir a los margenes de las autopistas construidas por concesión, en las que, ni Gobierno Vasco ni diputaciones, pusieron un duro para su construcción.

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