Asier ROBLES
BILBO

«Era como si nos estuviesen fusilando», afirma la testigo que atendió a Iñigo Cabacas

En la segunda sesión del juicio por la muerte de Iñigo Cabacas han declarado testigos de las acusaciones, quienes han mantenido que la Ertzaintza cargó sin previo aviso. Especialmente emotivo ha sido el testimonio de la joven catalana que atendió a Iñigo Cabacas cuando cayó mortalmente herido. Casi todos han coincidido en que la Policía disparó indiscriminadamente contra las personas que estaban en el callejón María Díaz de Haro.

Imagen de la primera sesión del juicio por la muerte de Iñigo Cabacas. (Luis JAUREGIALTZO/FOKU)
Imagen de la primera sesión del juicio por la muerte de Iñigo Cabacas. (Luis JAUREGIALTZO/FOKU)

Casi todos los testigos que han declarado hoy han coincidido en que no vieron ningún grupo organizado de jóvenes encapuchados que arrojaran botellines y piedras a los ertzainas, como aseguraron los seis acusados ayer, en la primera sesión del juicio, y han señalado que los policías disparaban indiscriminadamente contra las personas que estaban en el callejón.

El primero en declarar ha sido José Luis Carballo, conductor de autobús que en aquel momento pasaba por la calle María Diaz de Haro. Según ha declarado, el autobús se vio envuelto en unos disturbios y recibió golpes por el costado donde estaba la plaza. Daños con los que el autobús «no salió muy dañado» y que, según ha dicho, la empresa no le comentó nada al respecto. Al otro lado, vio a agentes de la Ertzaintza «preparándose para disparar o disparando». No ha podido precisarlo.

Los siguientes dos testigos en declarar han sido dos amigos de Iñigo Cabacas que se encontraban con él cuando fue herido mortalmente por una pelota de goma. Una vez acabado el partido se juntaron toda la cuadrilla de amigos en la plaza. Ambos han declarado que el ambiente era festivo y que la gente estaba celebrando la victoria del Athletic. «Vi una pelea según íbamos a tomar algo, pero no le di ninguna importancia. El ambiente siguió igual», ha recordado Javier López.

«Al de un rato, vimos a tres furgonetas llegar, los ertzainas bajaron de los vehículos y empezaron a disparar sin ningún aviso». Al comenzar la carga de la Ertzaintza, Javier López se escondió detrás de una jardinera en medio de la plaza. Viendo la actuación de la Ertzaintza, salió «a pedir a los ertzainas que se calmasen», y un amigo suyo le cogió y le agachó, «porque seguían disparando». «Viendo el ambiente que había, la actuación de la Ertzaintza no fue proporcionada», sostiene.

Ibai Gallaca, por su parte, se escondió en el bar Kirruli cuando empezó la carga de la Ertzaintza; ahí vio a otro joven que tenia una herida de un pelotazo en la espalda. «No entendía lo que pasaba, los agentes estaban disparando a lo que se movía», ha sostenido.

La catalana que le atendió

La cuarta testigo ha sido Eulalia Caballer ‘Laia’, una catalana que había ido a pasar unos día a Bilbo con su pareja y que atendió a Iñigo Cabacas cuando cayó herido. Esta joven estuvo viendo el partido en el bar Kirruli y, según ha dicho, «había un ambiente festivo».

Al poco de acabar el partido, vio cómo un joven le pegaba a otro y tras esa trifulca los dos abandonaron el lugar y la gente «siguió a lo suyo». Según ha relatado, poco más tarde escuchó «unos frenazos y vi como llegaban unas furgonetas de la Ertzaintza, mis amigos me dijeron que era normal y que no pasaba nada, acto seguido empecé a escuchar disparos». 

Caballer, que vio a varios agentes disparando, recuerda que la actitud de la Ertzaintza era «como si nos estuviesen fusilando». Según ha declarado, dos de sus amigos fueron adonde los agentes a pedirles que parasen, y estos les respondieron «dándoles porrazos». Al poco tiempo vio a Iñigo Cabacas en el suelo y fue a atenderle ya que es socorrista y tiene conocimientos de primeros auxilios.

Esta testigo ha recordado que desde que encontró a Iñigo en el suelo la ambulancia «tardó unos 15 o 20 minutos en llegar». Preguntó a la ambulancia a ver por qué habían tardado tanto en llegar, y estos les respondieron que la Ertzaintza no les había dejado entrar a la plaza. Fue a pedirle a un agente su número de placa y la respuesta de este fue tajante: «Si no quieres acabar como el del suelo, márchate de aquí».

Otra de las testigos, vecina de esa plaza, ha recordado el «buen ambiente que había». Cuando oyó los pelotazos estaba en su casa, bajó la persiana y se puso a mirar. «Vi que pasaba algo gordo y la gente trataba de escapar, en ningún momento vi a nadie tirar nada», ha concluido.

Otro testigo ha afirmado que vio llegar dos o tres furgonetas «sin luces ni sirenas» y a los agentes bajando de ellas y poniéndose en fila. Según ha dicho no vio tirar «ni piedras ni adoquines, solo una botella». Este testigo también ha relatado que uno de los primeros pelotazos se lo llevo él en el culo.

Una testigo, que estaba en el bar poteando, ha sostenido que no vio incidentes previos a la actuación de la Ertzaintza, ni encapuchados. Vio a ertzainas disparar y se refugió en la barra exterior. «No vi nada como para que actuase así la Ertzaintza», ha manifestado.

El último de los diez testigos en declarar, que estuvo desde antes del partido en la plaza, ha manifestado que no vio a los ertzainas llegar. Oyó los disparos y vio las pelotas de goma. No entendía lo que ocurría y junto a «unos cuantos más» se intentó refugiar cerca de la barra exterior del bar Kirruli; desde ahí vio a Iñigo Cabacas en el suelo.