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SALUD

Setas, la importancia de los alimentos de siempre

Entramos en otoño, la estación favorita para setas y hongos porque las condiciones son idóneas, aunque ambos crezcan durante todo el año. En este artículo se les reconoce como alimentos saludables y muy recomendables, aunque haya que fijarse en algunos aspectos para evitar intoxicaciones.

(Getty)

Con septiembre ya avanzado y con un clima muy otoñal por el norte, llega la temporada de recolección de un alimento excepcional y que en escasas ocasiones obtiene la importancia y relevancia que merece dentro de la planificación nutricional. Hablamos de las setas y hongos, un manjar de los de siempre que, a pesar de que ningún “nutri-iluminado” lo haya rebautizado aún como superalimento, tiene unas propiedades nutricionales nada desdeñables y ofrece un extra de nutrientes más que interesantes.

Pero lo primero es saber qué diferencia una seta de un hongo. Según la RAE, “un hongo es un ser vivo, carente de clorofila, hojas y raíces, que se reproduce por esporas y vive parásito, en simbiosis o sobre materias orgánicas en descomposición”. Por su parte, define a las setas como “cualquier especie de hongo, comestible o no, con forma de sombrilla, sostenida por un pedicelo”. Es decir, no son lo mismo y podríamos resumir que las setas hacen referencia a cualquier especie de hongo.

Pero más allá de la etimología, como decíamos unas líneas más arriba, las setas son un alimento muy saludable que debería estar más presente en nuestra alimentación. Y es que en términos generales son ricas en agua (un 90% aproximadamente) y en fibra, por lo que son un alimento excepcionalmente saciante y válido para un sinfín de usos como en situaciones de estreñimiento, entre otras. Curiosamente, también es rico en proteínas vegetales (3,5 y el 4%) si se comparan con la mayoría de frutas y hortalizas, y estas son de alta calidad, puesto que contienen todos los aminoácidos esenciales. Pero no solo eso, sino que a nivel de micronutrientes son alimentos ricos en hierro, fósforo, yodo, magnesio, selenio, calcio, potasio, zinc y vitaminas A, y vitaminas B1, B2, B3, C y D. Todo ello los hace especialmente interesantes en planes de alimentación vegetarianos y para personas con elevadas necesidades nutricionales (deportistas, niños y ciertas patologías que cursan con desnutrición, por ejemplo).

Sin embargo, no hay que olvidar que, a pesar de lo saludables y recomendables que son, se deben tener en cuenta ciertas recomendaciones previas a su consumo, como por ejemplo, comprar solo las comercializadas en mercados regulados, ya que son bastante habituales las intoxicaciones causadas por el consumo de setas no comestibles. Asimismo, debemos fijarnos en que estén bien envasadas y/o identificadas y elegir aquellas que no estén manchadas, arrugadas o pegajosas.