De nuevo, ¡que no te consuma la Navidad!
Los consejos se repiten año tras año y no parece que calen en la mayoría de los mortales. La Navidad no ha llegado pero la fiebre consumista que la antecede se ha desatado y campa a sus anchas. La crisis logró años pasados que el grado de locura descendiese unos grados aunque no consiguió erradicar la compra exagerada de todo tipo de objetos.
Desde muchas tribunas ya se ha advertido de que se augura un «significativo» incremento de la facturación durante estas semanas gracias a un mayor optimismo entre los consumidores. La verdad es que no entiendo cómo la masa se puede dejar llevar por ese sentimiento que se descubre irracional si analizamos la situación de muchas y muchos de quienes nos rodean.
Está claro que el marketing hace milagros y endulza un panorama más cerca de los tonos grises. Los analistas avanzan que el sector del gran consumo se prepara para cosechar unas ventas récord en esta Navidad.
El pistoletazo de salida lo dio el último fin de semana de noviembre el Black Friday, promovido desde las propias instituciones ansiosas de engordar sus arcas gracias a los impuestos al consumo. De nada sirven los tímidos mensajes que desde oficinas de consumo y organizaciones llaman a una compra responsable e inteligente. La inteligencia, la verdad, en muchas ocasiones la dejamos en casa cuando vamos de compras. ¿A que tienes en casa todo tipo de regalos que te han hecho y que ni siquiera les quitaste el envoltorio? ¿Por qué no te planteas regalárselo a alguna persona? Eso sí, evita que sea a quien te lo hizo a ti.