Iker BIZKARGUENAGA
BILBO
Elkarrizketa
AITOR ESTEBAN
CABEZA DE LISTA DEL PNV POR BIZKAIA

«El PNV tiene la habilidad de lograr acuerdos en las condiciones más adversas»

Aitor Esteban (Bilbo, 1962) relevó a Josu Erkoreka como portavoz jeltzale en el Congreso en diciembre de 2012, y aspira a liderar un grupo más numeroso en la próxima legislatura. Hombre de partido, se afilió al PNV en 1978 y fue secretario del Consejo Nacional de EGI. También ha impartido clases de Derecho Constitucional y Administrativo en la Universidad de Deusto.

Es probable que el vizcaino medio haya visto más veces al candidato a presidente de C’s, a quien nadie concede un diputado en Bizkaia, que al candidato del partido más votado en este herrialde. ¿Cómo lo lleva?

Ya estamos acostumbrados, pero parece que en esta legislatura se está viendo con más crudeza. Es la muestra de que en Madrid, no solo en los ambientes políticos sino también en los mediáticos, Euskadi es inexistente. No es la primera vez que esto ha ocurrido, en los tiempos en los que únicamente había dos candidatos también ocurría, solo que en esta ocasión está siendo más descarado. Los partidos abertzales no tenemos mucha opción de aparecer en los medios estatales, y al final las cadenas entran en todas las casas.

Este tipo de comicios suelen ser difíciles para los abertzales.

Son complicados, pero quizá estos sean los que más tengamos en juego desde hace muchos años. Porque se apuntan tiempos nuevos, se prevén cambios y por tanto es importante tener una representación que solo responda a los intereses de vascos y vascas, y que no sea dependiente de lo que le vayan a decir sus ejecutivas en Madrid.

El sentido de esos cambios que cita parecía más halagüeño hace unos meses, ¿no?

Sí. Cuando se empezó a hablar de apertura constitucional parecía que se planteaba la opción de abrir el diálogo y ver luego hasta dónde se podía llegar. Pero las voces que han ido apareciendo y la irrupción de C’s con fuerza en Catalunya, y ya veremos ahora en el Estado, apuntan en dirección contraria. Luego, Rajoy ha hecho la coalición con UPN y apunta la posibilidad de derogar la Transitoria Cuarta… Esos vientos son los que llegan, pero creo que va a ser una legislatura abierta. Vamos a ver qué es lo que viene, vamos a ver los números, vamos a ver incluso cómo se las arreglan para negociar y para mantener un Gobierno, porque no hay costum- bre de pacto en la cultura política en España, y creo que lo van a pasar mal para conformarlo.

De hecho, se comenta que podría tardar mucho la formación del nuevo Ejecutivo.

Hay una fecha que ya está fijada para que se constituyan las Cámaras, el 13 de enero. A partir de ahí empiezan las conversaciones, y ocurre una cosa, que es que a diferencia de lo que sucede en el Parlamento Vasco, donde cada grupo puede presentar un candidato, en el caso español lo tiene que presentar el Rey. Por tanto, vamos a ver a quién presenta y cómo se desarrollan las cosas. Pero sí podría alargarse, aunque puede ser también que por esa falta de cultura de acuerdo la legislatura sea corta.

Con unos (PP) o con otros (PSOE), según los sondeos la llave del Ejecutivo puede tenerla Ciudadanos. ¿Eso limitaría por completo la capacidad de incidencia del PNV?

Primero vamos a ver los números. En segundo lugar, para negociar, llegar a acuerdos y conseguir cosas hay que tener cierto know-how. Nosotros lo tenemos, tenemos cierta experiencia y otros partidos no. Incluso en las situaciones compli- cadas, como mayorías absolutas, se han podido conseguir cosas. En esta legislatura, que ha sido endiablada, en el ámbito municipal hemos conseguido un sistema diferenciado para los ayuntamientos vascos, de manera que no estén controlados por la administración central, como sí van a estar los demás a partir del 1 de enero. Y tampoco las competencias van a ser las mismas: nosotros vamos a poder mantener servicios sociales, mientras que en el caso de los ayuntamientos del Estado esto no va a ser posible. Eso se ha conseguido con una mayoría absoluta de rodillo. Hay que aprovechar las ocasiones, los momentos, los temores… y en eso creo que el PNV ha demostrado cierta habilidad.

Este país está fuera de foco, paradójicamente cuando mayor es la representación abertzale. Parece que ya no somos cuestión de Estado. ¿Por qué?

Lo que ocurre es que lo oculta la dinámica catalana, que en estos momentos está en stand-by. Ha venido todo rodado, no en un momento determinado, sino que se ha desarrollado a lo largo de toda la legislatura. Y claro, los focos están fuera de Euskadi. En estos momentos estamos con la ponencia de autogobierno, vamos a ver qué pasos se dan. Pero aquí hay una cosa clara, hay un problema nacional en Catalunya y hay un problema nacional en Euskadi, y mientras no se enfrente esta realidad no va a haber una solución estable en el Estado. Y esto se tiene que enfrentar de una forma o de otra.

Para mí, como país, más que los focos es importante crear una mayoría abertzale, cuanto más amplia mejor. Pero tiene que ser estable y rotunda. Que tampoco nos engañen los resultados de una campaña o dos. Este país está cansado, también porque ha estado muchas décadas tensionado por la violencia, y necesita un tiempo para curar heridas, para reconocernos los unos a los otros. También hay que saber leer los momentos, y creo que estamos en un momento importante de nuestra historia si sabemos hacer las cosas mínimamente bien en Navarra. Siempre hemos hablado de la territorialidad, y este es el momento de mostrar que nos importa. Hay que normalizar lo vasco y normalizar el nacionalismo vasco en Navarra, demostrar que se gobierna mejor que lo que ha hecho la derecha navarrista, y tenemos que ser conscientes todos los abertzales de que cualquier movimiento en una parte de nuestro territorio afecta a la otra. Hay que saber leer los tiempos y los ritmos.

Ha citado Nafarroa, donde hay conformada una alianza de cuatro fuerzas para el cambio. En la CAV, sin embargo, son ustedes socios del PSE. ¿Van a mirar de reojo a los resultados del PSOE teniendo las autonómicas a la vuelta de la esquina?

No, porque creo que cada elección y cada momento tiene las dinámicas que tiene. Vamos a ver qué es lo que ocurre. Pero el Partido Socialista sí que tendrá que aclarar algún día si es el de Pedro Sánchez, el de Idoia Mendia o el de Susana Díaz, porque si oyes a unos u otros los mensajes son absolutamente diferentes. Vamos a ver, en su momento llegarán las autonó- micas, veremos qué números salen, qué mayorías se conforman y veremos cómo se puede formar gobierno y en qué manos está formarlo.

¿Cree que hay tantos indecisos como se está publicando?

A mí me parece exagerado, creo que tanto no hay. Creo además que hay más indecisos fuera de Euskadi que en Euskadi, pero sí parece que la gente puede estar desconcertada y esperando hasta los últimos días en algunos casos para elegir su voto. Lo que espero es que la gente no se despiste y se dé cuenta de que esta no es una elección para un día, sino que se produce en un momento en el que puede haber cambios, puede haber tormenta y puede estar en peligro el autogobierno vasco y, por tanto, nuestra capacidad de hacer cosas y nuestro bienestar. Lo importante es tener una representación adecuada los próximos cuatro años, porque durante cuatro años vamos a estar votando cosas y el presidente, sea del partido que sea, no va a tener como centro de actuación Euskadi precisamente.

¿Ese tipo de reflexión no puede llevar a alguna gente a votar como mal menor al partido estatal que sobre el papel podría ser una alternativa al resto en esta materia, como Podemos?

La gente que tenga esa tentación debería tener en cuenta una cosa, y es que la Ejecutiva de Podemos en Euskadi ha dimitido hace nada, y ha dimitido porque las listas se han decidido desde Madrid. Entonces, no sé si casta o no casta, pero en eso no se diferencia de lo que hacen otros partidos, el propio PP, que hace las cosas a dedo y desde Madrid. Sí que les oigo ahora en campaña a Pablo Iglesias o a Errejón hablar sobre el derecho a decidir, pero a Errejón también le he oído declaraciones diciendo que todo eso son cantonalismos, y a Monedero le oí decir que son localismos. Todo eso suena despectivo, y no suena a lo que nosotros entendemos, que este es un país y una nación diferente.

En el caso hipotético de que la investidura del presidente dependiera de los votos de su partido, ¿qué es lo que le pedirían?

Tendríamos que oírle, pero lo que nos gustaría es un discurso específico para Euskadi, en el que hablara de autogobierno, en el que hablara de que somos una sociedad diferente, una nación, y que estuviera dispuesto a llegar a un acuerdo y a un nuevo estatus. Veremos qué ocurre.

No parece probable.

No, no parece probable, pero es lo que pedimos. A ver si sale algún valiente. Como dijo Machado, en España de diez cabezas hay nueve que embisten y una que piensa, esperemos que nos encontremos algún día con la que piensa, o que la que piensa esté cerca del que manda. Y que sea suficientemente inteligente para enfrentar el tema vasco y se acepte de una vez que somos una nación diferente.