Pello Guerra
Periodista
IKUSMIRA

Pues sí, me gusta la Navidad

Lo sé. Decir que te gusta la Navidad puede resultar friki y hasta tiene un punto vintage, pero no lo puedo remediar. Entiendo que puede sonar extremadamente consumista, pero eso de disfrutar del buen comer y mejor beber alrededor de una mesa me pirra.

Pero no todo se reduce al yantar, ya que también me gusta disfrutar de la ilusión de los más txikis. Con los vástagos ya talluditos y pensando más en salir que en irse pronto a la cama esperando con ansiedad los regalos, me sigue resultando muy bonito ver cómo los nervios atenazan a la sobrinada cuando Olentzero baja del monte o los Magos asoman en sus carrozas. Una inocencia que la vida se ha preocupado de quitarnos a los veteranos pero que, al verla reflejada en esa chavalería, siempre regresa por Navidad, como los del turrón del anuncio. Aunque no todo son buenos recuerdos, ya que aún tengo clavada la espinita del Scalextric que nunca llegó por mucho que lo pedía año tras año en mi carta con la mejor letra posible.

Comprendo que tanto villancico, tanta luz de colores, tanto gasto muchas veces innecesario, tanta tripada y tanto buenismo con fecha de caducidad puede llegar a saturar. Pero cuando era más joven, también terminaba los sanfermines pidiendo la hora, porque mi cuerpo no daba más de sí y sin embargo, al año siguiente los esperaba, y los espero, como el agua de mayo. Así que a disfrutar, que el resto del año ya tendremos tiempo de mortificarnos y de regresar a la austeridad y a la sanísima verdurita, esa que tanto ayuda a nuestra salud, pero que nunca nos iluminará el ánimo como un árbol de Navidad.