2016 API. 06 IKUSMIRA Eso nunca, lo juro Imanol Intziarte Periodista Cuando tenía bastante menos años que ahora me asombraba que la gente de la generación de mis padres –me refiero a una parte significativa, no a todos, que luego siempre aparece el típico tikis-mikis diciendo «no es así, no es así» con voz de niño repipi– estuviera ‘estancada’ en la música o en las películas que habían triunfado en su juventud. Con el caer de los calendarios me he dado cuenta de que hay cosas que no cambian así pasen las generaciones y por eso los de la mía seguimos anclados en nuestra adolescencia y los años posteriores, escuchando Kortatu o Queen y celebrando como si fuera el no va más la fecha en la que iba a aterrizar el Delorean de ‘Regreso al futuro’. Y sin avergonzarnos. Lo cual no quita para estar abiertos a nuevas experiencias y conocimientos. Internet ha sido clave y gracias a ese invento tenemos la culata llena de muescas de aquellas cosas que juramos que nunca haríamos y que terminamos haciendo. «¿Conversar a través de un foro? En la puta vida, para eso está el bar». Zas, bocas, que eres un bocas. En ese navegar continuo llegando tarde a todos los puertos me he topado con un mundo paralelo liderado por youtubers y gamers. Seguidores del Juan Palomo que subiendo sus vídeos a la red suman no miles, ni cientos de miles, sino millones de seguidores. Oigan, que El Rubius (más de 17 millones de suscriptores en su canal de Youtube) o Vegetta777 (más de 13 millones) ponen «Hola» en un tuit y tienen un eco entre la juventud que ya quisiera cualquier medio. Personalmente no les veo la gracia –si me la hicieran seguramente no tendrían ese éxito– pero es un fenómeno a tener en cuenta.