2016 API. 16 IKUSMIRA Alfa Centauri como salida al desarrollismo Agustin Goikoetxea Periodista El multimillonario Yuri Milner ha conseguido esta semana el aval del físico Stephen Hawking a su proyecto para enviar una nave a otro sistema solar. A este magnate ruso se le considera «el nuevo Rupert Murdoch de los medios digitales», un referente de peso entre Silicon Valley y Wall Street. Igual por ello logró el respaldo de Mark Zuckerberg, fundador de Facebook, a su iniciativa a través de Breakthrough Foundation. Milner, físico de formación, es el mecenas que está detrás de los astrónomos que defienden que hay «posibilidades razonables» de que un planeta similar a la Tierra orbite en alguna de las estrellas del sistema Alfa Centauri. Aunque parezca más un guión cinematográfico de Hollywood, el proyecto Breaktrough Starshot pretende con el impulso de un rayo láser proyectado desde la Tierra alcanzar esas estrellas más cercanas a nuestro sistema solar –están a 4,3 años luz– en unos 20 años desde su lanzamiento. El vehículo para alcanzar la meta es una sonda, del tamaño de un microchip, que teóricamente podría «navegar por el espacio a un 20% de la velocidad de la luz». Con la tecnología de las astronaves actuales, según el acaudalado ruso, tendrían que pasar 30.000 años para llegar allí. Ninguna objeción al reto científico, aunque algunas reflexiones de sus patronos escaman. «Para sobrevivir como especie, a la larga debemos extendernos hacia las estrellas», ha defendido Hawking. Mi reflexión poco tiene que ver con la carrera espacial: por qué en vez de lanzarnos a la colonización de otro planeta, optamos por cuidar la Tierra.