Joseba VIVANCO
Athletic

Manquepierda...

Los leones vuelven a dar la de arena en otro partido lejos de casa en el que no dieron la talla ni siquiera con un once de gala.

BETIS 1

ATHLETIC 0


En Sevilla, la receta de la torrija genera tanta polémica como la Torre Pelli, y se discute sobre ello del mismo modo que si va a llover en Semana Santa o si el verdadero sevillano bebe manzanilla o rebujito en la Feria. En la capital bilbaina se discute de qué le pasa a este Athletic. Máxime después de ver cómo ayer volvió a dar la de arena. Una vez más. Y por buscar algo a lo que agarrarse, habrá que hacerlo echando un vistazo al once con el que acabaron los leones sobre el Villamarín. Kepa, Yeray, Lekue, Vesga, Williams, Villalibre... Chavales que hace apenas dos años se ganaban dos categorías más abajo estar hoy aquí. Nada que ver con el once de gala que sacó Ernesto Valverde. Y que decepcionó. Si estamos ante una inevitable transición, ante un periodo de regeneración, veremos, porque el tiempo es inexorable. Si se trata simplemente de que esto es fútbol y que lo habitual en este deporte es perder y no ganar, pues también. Lo que nadie duda es que parece que este curso tocará echar mano del, permítanme los béticos, ¡Aúpa el Athletic, manquepierda! Txingurri había marcado en rojo este y los cuatro últimos partidos ligueros antes de despedir el año. Lo dijo él. Y la primera, en Las Palmas, en la frente. La tercera, ante el Betis, más de lo mismo. Y todo pasa lejos de San Mamés. Y no hay explicación. O al menos su técnico no da con ella. Con la solución. Así que toca atenerse a lo que hay, seguramente más que nunca ir partido a partido y ahora que las cosas no van del todo bien, tener paciencia. Hacer sangre sería fácil, hasta lógico visto lo visto anoche, sobre todo el poco fútbol que despliega este equipo a domicilio. No obstante, ¿recuerdan aquello de quiéreme para ganar y no porque gané que nos legó el aclamado Marcelo Bielsa? Pues habrá que aplicarse el cuento.

Lo cierto es que visto lo visto en los compases iniciales del partido nada hacía presagiar las malas sensaciones que iba a dejar este choque. El veterano Joaquín, que como dicen ahí abajo todavía guarda su arte y su ración de chicharrones en vena, se persignaba de manera reiterada antes del pitido inicial. El genial Johan Cruyff solía decir que él no era creyente, pero que «en España, los 22 jugadores se santiguan antes de salir al campo. Si resultara bien, siempre sería empate». Lo cierto es que no le hubiera ido mal al Athletic haberse encomendado a algo más que a su once de gala, el que puso sobre el tapete Ernesto Valverde pero que en ningún momento dio sensación de mejorar lo habido hasta la fecha, ausencias mediante. No había excusas, no había justificaciones, el Benito Villamarín era un campo para traerse la victoria, pero ayer estuvo de que no. Lo estuvo desde que de manera inexplicable Laporte se lió la manta a la cabeza y a los tres minutos se ganó una amarilla por protestar una falta junto a la línea de banda. Su reiterada recriminación al linier le valió una amonestación que le iba a lastrar en su actitud defensiva de tal manera que a punto estuvo poco después de ganarse la segunda y, lo que fue peor, no defender con solvencia y autoridad un balón aéreo que Rubén Castro le ganó y la metió “aentro”.

Poco o nada hacía presagiar el tanto bético máxime cuando los rojiblancos estaban bien posicionados, sin agobios atrás, dominando la parcela ancha, los despejes defensivos locales, ante un Betis con una línea de cinco atrás, al que le costaba salir jugando y que quería llegar arriba más deprisa que sus propios delanteros al balón.

No había llegadas, nadie pisaba las áreas salvo un disparo alto de Aduriz en el que podía haber afinado algo más, pero no pintaba mal para los intereses bilbainos. Pero de la misma manera que ha venido sucediendo ya en demasiadas ocasiones esta temporada, de la nada el rival se saca un gol que pone las cosas cuesta arriba, y precisamente en una ciudad sin ninguna pendiente. Pasado el cuarto de hora, Laporte, que a punto estuvo de ver la segunda cartulina pero solo Mateu Lahoz se percató del ‘piscinazo’ de Rubén Castro, iba a sentenciar su continuidad en el campo y, lo peor, a los suyos.

Ataque sevillano, pelota que ‘rifa’ Yeray sin mucho atino porque vuelve con más velocidad de la que va, Rubén Castro, ‘tabardillo mal curao’ que dicen en el Nervión a los revoltosos, le gana la partida sin saltar a un Laporte descentrado, un rápido tuya-mía con Sanabria y el veterano de 35 años fusila a un ven- dido Kepa. Al segundo, en la banda, Ernesto Valverde ordena calentar a Saborit y Lekue. El de Agen, señalado. El calentón inicial del técnico lo pospuso hasta el descanso, cuando decidió dejar en la ducha no solo al central sino también a San José. Dos señalados, todo el equipo marcado. Porque tras el gol, los leones fueron incapaces de hilvanar nada, de demostrar atisbo alguno de reacción. Totalmente desaparecidos, apenas un disparo de Williams que sacó Adán, el Betis se asentó, supo manejar la ventaja adquirida y se fue a vestuarios sin que el Athletic pusiera en apuros el botín.

Tras el descanso, el Athletic tiró de lo que de él se esperaba. Ir a por el gol. Lo buscó, pero casi nunca de una manera cristalina. cercó el área de Adán, pareció que al Betis la segunda mitad se le iba a hacer larga, pero no fue así. Lo intentó Williams por rapidez en banda, Muniain por dentro, algún cabezazo esporádico de Aduriz, pero a la postre Valverde tuvo que tirar del chaval Villalibre los últimos veinte minutos, quien incluso dispuso de una ‘media ocasión’. Pero faltó tiento, faltó clarividencia, faltó lo que le viene faltando lejos de casa, afinar, puntería, concretar... gol. Y Valverde lo viene repitiendo una y otra vez, lo de que no vale de nada tener la pelota, generar juego, si luego no se traduce en nada.

El viaje será largo desde Sevilla. Como equipo y seguramente a título individual habrá mucho que reflexionar. El técnico habló ayer de que «debemos centrarnos y seguro que los resultados llegarán». Aymeric Laporte, uno de los señalados, dio la cara tras el partido y se puso delante de los micrófonos. Probablemente esa es la actitud. Y hasta que lleguen esos resultados, Athletic... “manquepierda”.

«Nos pasamos protestando»

«No me parece lógico esa primera tarjeta, no ha sido falta», decía Aymeric Laporte. «No me ha descentrado, sí influye, pero no es por eso que haya jugado de esta manera. Espero hacerlo mejor. El cambio son cosas normales si el jugador no rinde. Hoy ha sido mi caso. No me ha parecido mal, tengo que hacerlo mejor», añadía. Su técnico se refirió también a estas situaciones. «No quiero criticar al jugador, pero debiéramos hacer una reflexión en general, no me importa que protesten si no nos descentra. No hemos sido nunca de protestar y últimamente nos estamos pasando un poco protestando. Si nos ayuda adelante, pero si es lo contrario... Pero no solo lo digo por Aymeric y lo hemos hablado en el vestuario», fue su explicación. Valverde se quejó de que «nos ha faltado transformar la posesión en ocasiones, nos cedían la iniciativa, teníamos el balón pero había que definir y no lo hemos hecho. Y en esa exposición en una nos han hecho el gol. No hemos marcado porque nos ha faltado crear peligro. A veces se trata de abrir la lata». Y parafraseó a Joaquín Caparrós para defender que «todos los equipos somos iguales, salvo Madrid y el Barça. Todos tenemos que picar, correr y machacarte, porque es así». J.V.

Un once «titular» que a la vez fue un once inédito

Once inédito esta temporada el que presentó ayer Ernesto Valverde en el Villamarín y curiosamente el equipo que podría definirse como titular ahora mismo. No podrá repetir ante el Celta el próximo lunes porque Aymeric vio la quinta y se pierde el encuentro por acumulación.

Fallece el histórico utillero Narvaéz

José Antonio Narvéz, histórico utillero del Athletic, falleció ayer. Llegó al club con solo 17 años, en 1963, donde permaneció durante 48 años hasta jubilarse en 2011. Después de José Ángel Iribar era el hombre con más años al servicio de la entidad rojiblanca.