Stiffelio” es un título desconocido, casi olvidado, que apuntaba visos de ser solo una muesca más en el ambicioso proyecto Tutto Verdi de ABAO-OLBE, pero que ha sorprendido gratamente tanto por su calidad musical como por unos personajes de gran profundidad sicológica, bien defendidos por un elenco muy equilibrado y de sobradas dotes canoras.

Moderno y atrevido, Verdi transforma toda la tensión de un libreto escandaloso para su época en una música de complicados cambios de tempo, intensos acompañamientos orquestales y arias de íntima emoción y belleza, que el joven director italiano Ciampa ha sabido conjugar, creando un conjunto compacto y coherente. En sus manos, la BOS sonó elegante y fluida, sirviendo de mullido y seguro soporte a las voces.

Por su parte, sobre la escena, el cuarteto protagonista derrochó vocalidad, ajustándose los unos a los otros en los números compartidos con buen empaste. El tenor italiano Arónica, en el papel del pastor protestante Stiffelio, con su voz adelantada, timbrada y de agudo potente, cargó con el peso de la obra tanto vocal como interpretativamente, dando cuerpo no solo a un personaje ya complejo de por sí, sino al carácter y pensamiento de toda una comunidad.

El barítono Roman Burdenko como conde Stankar lució una voz de color cálido y rica en armónicos que, sin embargo, no dudó en sacrificar en algunos momentos en favor de la expresividad y la credibilidad del personaje. Especialmente emocionante su aria del tercer acto “Lina pensai che un angelo”, recibida por el público con efusivo aplauso.

En el rol de Lina, la soprano estadounidense Angela Meade vuelve a demostrar una voz potente, flexible y de exquisito fraseo. Muy expresiva en el canto –si bien no tanto en la actuación–, encandila con sus pianos cristalinos y sus agudos delicados como filigrana. Sin duda, la gran triunfadora de la velada.

Y completa la acción Francesco Marsiglia como Leuthold, en un complicado rol que encarna todo lo contrario a la severa moral protestante del protagonista. Con voz más clara y un timbre metálico muy agradable, supo estar a la altura de sus compañeros.

Un coro más que correcto, unos comprimarios de calidad y una escenografía muy adecuada redondean una ópera que ha estado relegada al olvido muy injustamente.