Koldo LANDALUZE
CRÍTICA «Land of Mine»

La muerte bajo la arena

Avalada por su candidatura a en los recientes premios Óscar, la producción danesa “Land of Mine” –un título que encierra un interesante juego de palabras– aborda uno de los muchos capítulos silenciados que acontecieron durante la segunda guerra mundial. Más que un filme bélico, lo que “Land of Mine” propone es un melodrama en toda regla que se escenifica pocos años después del fin de la contienda y que tiene como protagonistas a un grupo de jóvenes soldados alemanes, los restos infantiles del Tercer Reich, cuya condición de prisioneros de guerra no impedirá que las autoridades danesas los utilicen como carne de cañón. El cometido de estos soldados se resume en la suicida tarea de limpiar las playas que fueron minadas por el propio ejercito alemán para evitar el desembarco aliado.

Con esta interesante premisa argumental el cineasta Martin Zandvliet se revela como un aplicado creador de imágenes impactantes pero, por el contrario, da muestras de ser un narrador muy conservador que, en su intento por no caer mal a nadie, se esfuerza por sacar adelante un guión en el que aquellos retoños seducidos por las soflamas del nacionalsocialismo se embarcaron en una cruzada aria de la que tan solo quedan retazos de una pesadilla.

En el filme de Zandvliet no hay espacio para las miradas altivas que fueron publicitadas por la infalible maquinaria propagandística de Joseph Goebbels; ahora asoma el miedo en cada una de las retinas de un grupo de soldados que ven cómo su compañero de armas salta por los aires debido a una detonación involuntaria en un campo de muerte invisible. En este paisaje desolador, se establece una relación entre víctimas y verdugo personificado en el sargento danés de conducta variable y los jóvenes soldados que han sido sentenciados a una pena capital disfrazada y sin juicio previo.