Raimundo Fitero
DE REOJO

El supuesto

Cualquier programa de televisión con Risto Mejide dentro se convierte en un proceloso empacho de este publicista con ínfulas que se cree domina el verbo, la imagen y el tiempo, y no es más que un supuesto. Un supuesto habitual. Un supuesto pedante. Un supuesto prepotente. Un supuesto supuesto. “All you need is love… o no” es el título de su espacio en Telecinco. Absolutamente de Telecinco. Todo está contaminado por la vaguedad de las intenciones. Parejas en descomposición o en plena efervescencia amorosa impostada, dopada por las cámaras, los guionistas y la mediación de Risto y sus dos colaboradores-objetos, que lo llevan hacia un territorio de supuesto coleguismo pero que se compadece muy mal con las veces que le sale el Ego, para dejar claro de manera soberbia  que es el que manda, el que sabe, el que escribe libros o el que tiene una esposa muy joven y enamorada. El perfecto supuesto perfecto.

Y debo confesar que en la entrega del pasado lunes se presentó Andrés Aberasturi con un libro y habló de su hijo Cris, con parálisis cerebral severa, y se mostró conmovedor, plectro, en estado de duda perpetúa, una mezcla de culpabilidad e incomprensión ante estos hechos, la vida de una persona que desde que nace es dependiente, que no podrá dejar de ser dependiente, de que no podrá ser libre. Y en esos minutos el programa fue otro, aunque estuviera Risto para intentar canalizar ese dolor de padre. Esa lucidez que se contraponía a la vulgaridad del presentador y sus preguntas ortopédicas, de cartoncillo.

La inconsistencia de este programa auténticamente “vintage” es tal que no pueden soportar su horario con asuntos de amores y desamores y deben traer invitados, como Aberasturi o Loles León, para darle algo de consistencia. Ni así. El supuesto no da para más ni superpuesto.