Agustín GOIKOETXEA
BILBO

Petronor trata de «sobrevivir» siendo una empresa energética

Petronor afronta su medio siglo de vida con el reto de avanzar en su transformación hacia una empresa energética ante la previsible decadencia del refino de crudo. Busca ganar en eficiencia mientras no acaba de cumplir con un supuesto compromiso medioambiental.

Petronor celebra su 50 aniversario tratando de «reinventarse» y transmitiendo una imagen que, en muchas ocasiones, no se corresponde con la realidad respecto al respeto escrupuloso al medio ambiente y a la seguridad, tal y como insisten sus detractores, citando los numerosos incidentes que anualmente sobresaltan a las poblaciones del entorno. La empresa los niega, repetidamente, o trata de restar importancia a episodios que han provocado inquietud.

Los responsables de la petrolera se esfuerzan en difundir planes de modernización y recuerdan los beneficios que revierten en la Hacienda de Bizkaia –paga en impuestos 1.274 millones de euros–, obviando que Meatzaldea lleva medio siglo soportando una actividad molesta y contaminante que nunca ha tenido un control institucional real. Además, denuncian vecinos y ecologistas, son numerosos los cargos públicos y políticos que han acabado a sueldo de la compañía.

A lo largo de cinco décadas, el gran complejo petroquímico que ocupa una extensión de 220 hectáreas en los municipios de Abanto, Muskiz y Zierbena ha ido ampliando instalaciones en catorce ocasiones sin estudios de impacto ambiental y una planta de biodiésel en 2009 sin licencia de obras hasta 2015.

Sus proyectos estrella de los últimos años, la planta de coque y la de cogeneración, se levantaron en dominio público marítimo-terrestre sin autorización de la Dirección de Costas, según denunciaron representantes de la Coordinadora Anti-Coke en una comparecencia ante una comisión del Parlamento Europeo, en abril de 2016.

La refinería, que comenzó a procesar cerca de 6 millones de toneladas en 1972, cuenta en la actualidad con una capacidad de procesamiento de más de 11 millones de toneladas de petróleo al año, lo que la convierte en la mayor instalación de estas características del Estado español. Gracias a la planta de coque (URF), puede refinar crudos cada vez más densos y sucios –ha sido la «especialidad» de Petronor–, obteniendo más derivados. Desde el punto de vista energético, la URF se presenta como una alternativa más barata para el aprovechamiento energético de los residuos más pesados después de que, en 2004, se desechase el proyecto de la planta de IGCC.

Desde la Coordinadora Anti-Coke inciden en que resulta llamativo que se hayan ido autorizando las ampliaciones de Petronor sin conocer los efectos reales que su actividad tiene sobre la salud de la población.

El flujo de tráfico generado por Petronor representa más del 46% del movimiento del Puerto de Bilbo. Exporta algo más de un tercio de la producción, lo que supone el 18,21% del conjunto de las exportaciones de Bizkaia, y un valor total del 9,7% de la producción de la CAV.

Petronor, que obtuvo un beneficio de 222,4 millones de euros en 2016, contabiliza 900 empleos directos, mientras que el inducido supera las 6.000 personas, según datos de la propia compañía. Participada al 85,98% por Repsol y al 14,02% por Kutxabank, invierte en sus instalaciones alrededor de 90 millones de euros al año en inversiones tecnológicas con el objetivo de lograr las «mayores cotas de competencia, eficiencia energética y productividad».

En la presentación de los actos con motivo del 50 aniversario, el director de Comunicación y Relaciones Institucionales, José Ignacio Zudaire, señaló que uno de los retos de Petronor es el de la eficiencia, sobre todo, en un contexto «complicado» en el que, según destacó, «hay que volver a reinventarse». «Es un momento de reinventarse, es algo que se ha hecho en el pasado. Seremos capaces de dar un paso adelante y volveremos a reinventarnos», prometió.

Zudaire manifestó que se viven «momentos de incertidumbre» como consecuencia de un aumento de la oferta por el surgimiento de nuevos competidores y una caída de la demanda en Europa como consecuencia de la movilidad eléctrica y de la mayor eficacia de los motores.

El directivo de la petrolera auguró que el refino, especialmente en Europa, va a ser «un sector con cierto declive». Argumentó que «para sobrevivir» hay que «ser más eficiente», recordando que han desaparecido ya 29 refinerías y se estima que para 2030 serán otras 15 ó 20 más en Europa. Por tanto, el reto de Petronor es «no ser una de esas que desaparezcan».

Para ello, apuntó, es clave la apuesta por la digitalización. Además, indicó que la inversión en la URF les está ayudando porque son instalaciones para «poder competir con cualquiera», aunque apostilló que le tienen que «sacar su chispa y ser más eficientes y estar en el top de las que se van a mantener».

Posicionarse de cara al futuro

Paralelamente a esa apuesta por la eficiencia, el otro reto, más a medio y largo plazo, es ir avanzando para que Petronor se posicione «en otras energías» y, en fin, sea una empresa energética. Zudaire incidió en que se están imponiendo otras formas de movilidad como la eléctrica. «Y ahí también queremos estar. El mundo de las utilities está cambiando y este esquema que vemos ahora de una generación centralizada va a evolucionar», defendió.

El directivo señaló que «se abren oportunidades» para otros como Petronor que no están en el sector eléctrico y se centran únicamente en el oil&gas. Por lo tanto, el objetivo es convertirse en una de las plantas de refino más eficientes del mundo, lo que exigirá elevar el nivel de disponibilidad hasta el 98%, obtener una mejora sustancial en eficacia energética, seguir apostando por la innovación y convertirse en una plataforma que oferte energía diversificada en varios soportes.

Su 50 aniversario viene marcado, por una parte, por las inversiones previstas en instalaciones no productivas que suponen una «apuesta por la continuidad» y por el proyecto de Petronor para que pueda cumplir «otro ciclo de 50 años».

La cifra de inversiones es cercana a los 25 millones, de los que 8,5 se han destinado a una nueva sala de control que ya ha sido inaugurada, otros 6 millones para unos vestuarios que estarán concluidos este año, y entre 6 y 10 millones para un nuevo edificio de oficinas, tal y como expuso Zudaire.

 

Medio siglo de crecimiento, incidentes y denuncias

1968

El Gobierno franquista establece un nuevo régimen para la autorización de refinerías. Los bancos Bilbao y Vizcaya, así como las cajas de ahorros de Bizkaia, Campsa, Río Tinto y Gulf Oil fundan Petróleos del Norte SA, Petronor. Entre los empresarios del grupo fundacional están Isidoro Delclaux, los hermanos José Manuel y Enrique Sendagorta y Anton Madariaga.

1970

Comienza la construcción de la refinería, en la marisma del Barbadun, que estará a pleno rendimiento dos años después, con una capacidad de 5 millones de toneladas al año. La única autorización para ocupar ese espacio natural fue un decreto firmado por Franco.

1970

Se aprueba la financiación del «Superpuerto» de Bilbo, que iba a ser capaz de admitir petroleros de hasta 500.000 TPM.

1971

Primer buque de la flota de Petronor, el Muñatones, con 98.000 TPM.

1972

Se construye el segundo petrolero de la flota, el Arteaga, mayor buque construido hasta entonces en el Estado español y el más grande del mundo erigido sobre grada.

1972

Inauguración de las obras del dique de Punta Luzero en el Puerto de Bilbo.

1979

Se pone en marcha la segunda planta de la refinería, que incrementa la capacidad de tratamiento de crudo hasta los 12 millones de toneladas anuales.

1984

Arranca la construcción de la planta catalítica (FCC), que se convierte en una de las principales denuncias del movimiento antinuclear de Ezkerraldea y Meatzaldea en proceso de transformación hacia el ecologismo.

1984

Cinco trabajadores mueren al desplomarse el andamio instalado en una chimenea.

1986

Primera refinería del Estado español en producir gasolina sin plomo.

1987

Petronor abre sus primeras estaciones de servicio.

1990

Repsol entra en el accionariado de Petronor tras una permuta de acciones entre Pemex y Banco Bilbao Vizcaya.

1999

Construcción de un emisario subterráneo que vierte junto a la terminal portuaria de Punta Luzero, a cuatro kilómetros del complejo petroquímico.

2000

Se plantea un proyecto de planta térmica de ciclo combinado de 800 MW, a construir al 50% con Iberdrola.

2004

Se retira del proyecto de IGCC, en la versión oficial, «por inviable». El proyecto de la planta de ciclo combinado pretendía producir energía a partir de la incineración de subproductos petrolíferos, apoyada por gas natural. Contaba con el rechazo vecinal y del Ayuntamiento de Abanto.

2006

Se plantea públicamente la construcción de la planta de URF, conocida popularmente como planta de coque.

2007

Se constituye la Coordinadora Anti-Coke, impulsada por ciudadanos y colectivos de Abanto y Muskiz. Al mismo tiempo, una nueva correlación de fuerzas en este último ayuntamiento da la Alcaldía a Eusko Alkartasuna.

2008

Fuga de crudo e incendio.

2008

Petronor se convierte en patrocinador del Athletic Club, cuyos jugadores portan en su camiseta el nombre de la compañía.

2009

Se inicia la construcción de la Unidad de Reducción de Fuelóleo (URF), la mayor inversión industrial vasca –810 millones de euros–, con un fuerte movimiento de oposición y las reticencias del Ayuntamiento de Muskiz. Consulta popular en marzo impulsada por la Coordinadora Anti-Coke.

2010

Se termina de construir la nueva central de cogeneración para dar abastecimiento energético al elevado consumo de la URF.

2013

Inauguración de la URF.

2018

Se crea Petronor Innovación, sociedad que nace con el objetivo de colaborar y coordinarse con agentes científicos-tecnológicos en el ámbito de la energía y la fabricación avanzada.

 

La oposición frena la captación del Barbadun

Petronor ha desistido finalmente de captar agua del río Barbadun para uso industrial debido a la oposición que había provocado el proyecto entre los vecinos de Muskiz. Aprovechando la construcción del paseo fluvial El Pobal-San Juan, pretendía soterrar una tubería para llevarse un enorme caudal hacia la refinería, según alertaron EH Bildu y Meatzaldea Bizirik en sus alegaciones.

Los opositores denunciaron «oscurantismo» por parte del Gobierno municipal, que había ido aprobando trámites administrativos sin hacerlos públicos. Tras investigar el expediente, se detectaron distintas «irregularidades» en el proceso seguido, algunas de las cuales se reflejaron en las alegaciones.

«Si consiguieran sus pretensiones, se pondría en riesgo el caudal ecológico mínimo del Barbadun para que siga cumpliendo su función y sobrevivan los animales y plantas vinculados a él», advirtieron, antes de conocer que Petronor no quiere seguir adelante ante las quejas. Además, recordaron que en la actualidad ni siquiera se deja captar agua para regar las huertas del entorno.

EH Bildu preguntó al Consorcio de Aguas Bilbao Bizkaia si existía algún impedimento para que Petronor captase agua para su abastecimiento. Desde esta entidad se respondió que no lo hay.

Por ello, entiende que lo que pretendía era «obtener el agua que necesita para sus usos industriales de la forma más ventajosa para sus intereses, sin reparar en las consecuencias medioambientales, en vez de adquirirla al Consorcio, por una razón probablemente económica».

Los opositores estiman que el «verdadero interés público» es salvaguardar el río Barbadun «y la parte de marisma que aún perdura» tras la ocupación llevada a cabo, ahora hace 50 años, por la petrolera. A.G.