Carlos GIL
TEATRO

Todo el oro del loro

La historia contada de manera espasmódica, mezclando un ayer remoto mal documentado por la oficialidad junto a un hoy relativo para narrarnos el principio de estupefacción como piedra angular filosófica que procura entender el mundo y sus habitantes, sus codicias, renuncias, violencias, amores y descubrimientos que representan el hallazgo de otras culturas, de otros vestigios del trazo de las andanzas de los seres humanos sobre la tierra, que conforman una evolución conjunta.

Todo contado con el indefinible pero identificable estilo Titzina, dos creadores totales que afrontan desde la escritura del texto hasta su interpretación, pasando por todos los rubros del proceso creativo. En esta ocasión se sienten concernidos estéticamente por sus continuos viajes a Iberoamérica, y no solamente por uno de los asuntos tratados, la feroz presencia de Pizarro en Perú y su encuentro con el último Inca Atahualpa, que se mezcla con las vivencias de un técnico de una multinacional minera en nuestros días. El mismo objetivo: la expropiación de los recursos naturales de un pueblo en nombre de valores espurios y con todo tipo de artimañas.

El oro como patrón moneda, como símbolo, como expresión máxima de la ambición, de la riqueza, de lo inabarcable. Y sobre el oro, la comida del loro, lo que los historiadores han intentado camuflar o disfrazar. Espacio escénico, vestuario, atrezo, iluminación, espacio sonoro, al servicio de la dramaturgia y la interpretación. Titzina de oro en esta puro. Teatro de muchos quilates.