GARA
BILBO

Visión crítica del arte chino de la globalización

El Museo Guggenheim Bilbao muestra a partir de hoy al público la visión crítica del arte contemporáneo experimental chino de los efectos de la globalización social y cultural, tanto en China como en el resto del mundo, ocurrida tras el final de la Guerra Fría y el rápido y poderoso crecimiento económico registrado en el gigante asiático.

La exposición, titulada “Arte y China después de 1989: el teatro y el mundo”, es la mayor muestra celebrada hasta la fecha en Euskal Herria y Europa del arte contemporáneo chino correspondiente al periodo comprendido entre 1989 y 2008 y acoge la obra de más de 60 artistas del país asiático, tanto de los que trabajan y exponen en su propio país como de los que han desarrollado sus carreras en el extranjero.

La exposición dará a conocer al público del Guggenheim Bilbao a artistas desconocidos en Euskal Herria pero que tienen gran relevancia en el arte chino contemporáneo y que son fundamentales para entender su desarrollo, como Huang Yong Ping, presente en la muestra con su obra “El teatro del mundo”, que subtitula la muestra; Qiu Zhijie, Gu Dexin, Wang Xingwei, Chen Shaoxiong; Xu Ta, de quien se muestra su emblemática e irónica “Made in China”; Chen Zen, con su «dragón»; y el videoartista Xu Bing, de quien se exhibe su vídeo “Un ejemplo de transferencia”.

También incluye obras de artistas más conocidos en Occidente, como el disidente Ai Weiwei y el multidisciplinar Cai Guo-Quiang, a quien el Guggenheim Bilbao ya dedicó una exposición en solitario.

La muestra, realizada por el Museo Guggenheim de Nueva York, donde ya se exhibió el pasado otoño-invierno antes de viajar a Bilbo, está ideada y dirigida por la comisaria del museo neoyorquino Alexandra Munroe, en colaboración con Philip Tinari, director del Ullens Center for Contemporary Art de Pekin, y Hou Hanrou, director del Museo Nazionale delle Arti del XXI secolo, de Roma.

Se ha dividido en seis secciones por orden cronológico y temático, de más de 60 artistas individuales y colectivos artísticos chinos, procedentes tanto de los fondos propios de la Fundación Solomon R. Guggenheim de Nueva York como de fundaciones y coleccionistas privados de Asia, Europa, Oriente Medio y Estados Unidos, además de las cedidas por los propios artistas.

La muestra, además de permitir observar al espectador la evolución del arte experimental chino en las dos décadas fundamentales para el desarrollo de la globalización, le dará la oportunidad de comprobar el ingenio de sus creadores para «esquivar las limitaciones» a la libertad de expresión existentes todavía hoy en China, así como mostrar sus críticas tanto al sistema político imperante como a los efectos de la asimilación de la cultura occidental por los chinos.

Una prueba de ello es el vídeo de Xu Bing, titulado “Un ejemplo de transferencia”, en el que critica el encuentro, a su juicio «sin sentido», de las culturas occidental y asiática a través de dos cerdos que copulan ante el espectador pintados, el macho, con caracteres sin significado de la lengua latina y la hembra, con signos de la ortografía china.

Esta obra ha sido denunciada, tanto durante su exhibición en Nueva York como ahora en la capital vizcaina, por partidos ecologistas y asociaciones animalistas que consideran que es un maltrato o un trato despectivo hacia los animales, acusación que han rechazado los organizadores de la muestra.

Precisamente el director del Museo Guggenheim Bilbao, Juan Ignacio Vidarte, negó «categóricamente» que el centro exponga ninguna obra que implique maltrato hacia los animales y afirmó que cuando se muestra alguna que contiene animales vivos, estos son objeto de «la mayor atención y cuidado».